Últimamente estoy que no estoy.
¿Recordáis que hace poco os hablaba de mi particular Diógenes con las semillas, que me compro todas las que están al alcance de la mano? Fue cuando hice las galletas de sésamo y semillas de amapola para acompañar un hummus.
Yo pensaba que ahí terminaba mi chaladura y que el resto de mi era un ser cuerdo y serio.
¡Ja! No, vamos a ver. Tampoco soy tan ilusa, sé que no estoy bien acabada. Lo único es que a menudo no conozco la gravedad del asunto. Rememorando mis años de estudiante en la universidad alegaré lo siguiente en mi defensa: que como soy capaz de llevar una vida normal o al menos adaptada, no es patológico. Y muy bien, oye.
Y dentro de mi normalidad y como ser adaptado que soy, esta mañana he sido consciente de que tengo otra colección. Y yo sin saberlo. Esta segunda colección es de… redoble de tambores… ¡de frutos del bosque!.
Algo sospechaba, porque desde el momento en el que descubrí cuál es el rincón que tienen reservado en el súper donde voy a comprar, cada semana hago parada en esa sección. Independientemente de que los necesite o no, paro allí, los veo, miro los precios… igual hasta cojo alguna caja para verlos más de cerca… y algunas veces termina una caja de frambuesas, de arándanos, de moras o de grosellas en el carro. O dos. A tres no he llegado.
Luego llego a casa, los dejo en la nevera y si no se me ocurre en qué usarlos en los siguientes dos días, los pongo en el congelador.
Este fin de semana estaba ordenando los cajones del congelador y han empezado a salir cajas de frutos del bosque. ¿Y sabéis lo mejor? Que en ningún momento me he sentido mal por acumular tantos. Al contrario, me he quedado bien contenta de saber que tengo frutos del bosque suficientes para hacer lo que se me antoje durante todo el verano.
Para inaugurar esta temporada bosquefrutil y recordando que hace unos días vi en el blog de la Tata Conxi la receta de Scones con arándanos, esta mañana me he levantado a las 8 – permitidme que lo remarque: esta mañana (domingo) me he levantado a las 8 (de la mañana) jejeje – y me he puesto a preparar los scones de Conchi.
En mi caso había excedente de frambuesas (3 cajas) y no tanto de arándanos (1 caja y media), y he preferido equilibrar, por eso el cambio en la receta. Y ya os adelanto que este cambio no ha sido inocuo, ha tenido consecuencias, os cuento cuáles: las frambuesas son demasiado grandes y frágiles como para ponerlas en la masa y que se queden enteras. Incluso en el caso de usarlas congeladas, que es lo que he hecho yo. ¿Qué ha pasado? Pues que al empezar a romperse durante la mezcla y el amasado (por suave que se haga se rompen), la masa se ha ido tiñendo poco a poco y ha quedado una masa de color rosa. Que no le pasa absolutamente nada. Quiero decir que ni se estropea ni nada, pero claro, hay que tener en cuenta que quedan unos scones ligeramente rosados de color. Sólo ligeramente, porque luego con la cocción en el horno se vuelven dorados por fuera, que es como deben ser ;)
Otra cosita interesante: estos scones no llevan ningún agente leudante, lo cual me ha sorprendido y quería probar qué tal quedan. Bueno, pues quedan más planitos jajaja obvio, no? Vale, pero yo quería probarlo igualmente.
Scones de frambuesas (9 unidades de unos 5 cms. de diámetro)
225 grs. de harina de repostería
1 cda. de azúcar blanquilla
1 pizca de sal
90 grs. de mantequilla muy fría
1 huevo
70 ml. de leche
75 grs. de frambuesas
Preparación
1. Calentamos el horno a 200º
2. Mezclamos la harina, la sal y el azúcar, y los tamizamos en un recipiente donde podamos preparar la masa
3. Añadiremos la mantequilla a trozos y la mezclaremos como cuando preparamos una masa quebrada: pellizcando la masa hasta formar unas migas y procurando que la mantequilla no se deshaga. Es mala época para hacer esto por estas latitudes con el calorazo que está haciendo. Si vemos que se calienta demasiado, dejamos la masa un rato en la nevera para que se enfríe. No hace falta amasar demasiado, lo justo para que se integre la mantequilla y dejamos de amasar.
4. Añadimos las frambuesas y mezclamos… y asistimos al espectáculo de tinción de la masa a color rosa. No sufráis, le cogeréis cariño y todo ;)
5. Aparte batimos el huevo y le añadimos la leche. Lo añadimos a la masa y lo mezclamos suavemente. Igual que en el paso anterior, dejamos de amasar cuando estén los elementos incorporados.
6. Enharinamos una superficie de trabajo y extendemos con un rodillo la masa hasta que quede de unos 3 cms. de grosor. Un consejo: es tan poco lo que se tiene que estirar que podemos hacerlo simplemente dando unos pocos toques suaves con el rodillo sobre la masa.
7. Cortamos los scones con un cortador de unos 5 cms. de diámetro y los vamos colocando en una bandeja para horno. Los pintamos con un poco de leche.Truquillo: yo no tengo cortador redondo de este tamaño, pero he usado una tacita de las de café con los bordes bien enharinados.
8. Horneamos los scones durante 15 minutos y los dejamos enfriar en una rejilla.
Para comerlos lo típico es con mermelada y clotted cream, que es como una mantequilla que, sinceramente, por aquí no la encuentro.
Yo me he comido un par con queso crema y un par más solos. Están riquísimos de las dos maneras. Los de Conchi, con arándanos, seguro que tienen que estar también de vicio, y visto el stock que tengo, bastante probable que los haga dentro de poco ;)
Chicos, me despido ya de vosotros, porque ahora me pongo con la receta en Inglés, que se ve que le he pillado el gustillo a esto de traducirlas. ¡No “sus” riáis, que os oigo!
Raspberry scones (9 pieces)
225 grs. wheat flour
1 tablespoon of white sugar
1/2 teaspoon salt
90 grs. cold butter
1 egg
70 ml. milk
75 grs. raspberries
1. Preheat the oven to 200ºC
2. Whisk together flour, salt and sugar
3. Add the butter cutted in little cubes and mix it gently, pinching the dough but it is not necessary to knead it too much, just until the ingredients are mixed.
4. Add the raspberries and now we will see that the dough is getting pink. It will be more normal coloured when baked, don’t panic ;)
5. Whisk the egg with the milk. Then add it to the dough and continue whisking just for few minutes.
6. Dump the dough onto a floured work surface and gently press the dough with the rolling pin out to 3 cms. thickness.
7. Cut the scones with a 5 cms. (more or less) round biscuit cutter and brush each scone with milk.
8. Bake for 15 minutes or until they are golden. Remove them and serve the traditional way (with clotted cream), with cream cheese, mermelade…
Enjoy! :)