Nuestra dieta mediterránea es la ideal y se debe fundamentalmente al clima que nos acompaña y que como resultado nos da una amplia gama de productos de nuestra horticultura, por eso nos han considerado durante mucho tiempo la huerta de Europa ¿no?. Pues aprovechemos esta suerte consumiendo productos locales, frescos y de temporada.
¿Qué por que comer productos de temporada? Lo primero por que son más sanos, se recogen en el momento justo de maduración, al día siguiente están en el mercado y en tu casa, por lo que conservan todas sus vitaminas, minerales y cualidades como el olor o sabor característico de cada producto, cuantas veces habremos dicho este tomate sabe a plástico, pues eso, que lo suyo es comer tomates en verano y puerros en invierno. Por que el yogur de fresa, lo siento, no sabe a fresa así con un montón de productos, ¿estamos atontando nuestros paladares? para mi indudablemente si, cuando probamos el sabor autentico de las cosas parece que nos causa rechazo, “sabe muy fuerte”.
Todo esto en el fondo me entristece, cuanto estamos perdiendo y que le estamos ofreciendo a nuestros hijos…pero bueno sigamos con lo que íbamos.
Otro punto a su favor es el precio, cuanto mayor producción menos nos cuesta al bolsillo, que no se incrementa con costes de trasporte o de almacenaje.
Y por sentido común o ecológico, lo normal es consumir productos locales y en temporada no de otros países donde se produce un gasto de combustible en su transporte y para no contribuir a la expansión de cultivos intensivos que lo que hacen es agotar los recursos dejando la tierra inservible. Por que no compramos los tomates verdes y los dejamos en el frigorífico hasta que estén rojos y día a día vayan perdiendo nutrientes y sabor ¿para que?.
Y vosotros ¿que pensáis?.