A pesar de que la cerveza negra tiene un sabor muy intenso, la salsa tiene un sabor delicioso y ligeramente dulce, propiciado por la cebolla caramelizada y una pizca de azúcar. Los ingredientes que necesitamos son:
600 g de solomillo de pavo
1 cebolla mediana
1 lata de cerveza negra
3 cucharadas de azúcar
3 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharadita de té de cominos molidos
1/2 cucharadita de té de jengibre en polvo
Pimienta molida
Sal
Cortamos el solomillo en dados gruesos y los salpimentamos. Ponemos a calentar el aceite y los doramos bien. Cuando estén sellados por todos lados los reservamos.
Cortamos la cebolla en juliana fina. Pochamos la cebolla con un poco de sal y dejamos que se dore a fuego bajo para que caramelice.
Cuando esté muy tierna incorporamos la cerveza echando poco a poco toda la lata para que no se enfríe la cacerola. Cuando rompa a hervir añadimos el azúcar, el comino y el jengibre, y removemos bien. Dejamos que la salsa se haga durante 20 minutos con la tapa puesta.
Pasado ese tiempo volvemos a poner la carne de pavo y dejamos que cueza todo junto 10 minutos más a fuego medio para que la salsa espese. Si al final vemos que se ha quedado muy clara podemos darle un poco de cuerpo con medio vaso de agua fría en al que disolveremos una cucharada de café de harina.
Servimos enseguida en un plato, salseando bien la carne. ¡Prepara pan, porque seguro que lo necesitas!