-¿ Abuelita, que quieres para cenar?.
- Sopas de leche con pan,.
- ¿Abuelita, que quieres para comer?
- Sopa de ajo con pan.
Estas eran sus comidas favoritas aun cuando en esta época de la que hablo ya podía elegir lo que quisiera.
Las sopas de ajo fueron durante los años de guerra y posguerra el único alimento que se podían permitir llevarse a la boca a veces sin ni siquiera ajo y claro está sin huevo y mucho menos sin caldo de pollo ya que este estaba vetado a los mas pudientes, así que si empezamos a contar solo comían pan con agua y sal, eso si calentito para entonar el cuerpo y engañar al estomago,
La sopa de ajo de origen castellano, también conocida como sopa de pobre fue el alimento de los campesinos durante muchos años que lo tomaban para desayunar y coger fuerzas para la dura jornada que les esperaba, es conocida en todas las regiones de España y cada una tiene sus variantes, aunque poco se puede variar, hay donde le añaden jamón, chorizo...
Para mi es muy especial, llevaba mas de 25 años sin hacerla ni probarla, un día charlando con unos amigos de Soria que les encanta la cocina y el buen comer, salio a relucir la sopa, ellos la hacían y les gustaba mucho, les conté la historia de mis abuelos y la cosa quedé ahí.
A las pocas semanas nos invitaron a comer y tuvieron el detallazo de hacer las sopas de ajo, hasta compraron cazuelitas individuales de barro para la ocasión, me quedé sin palabras, casi no supe como reaccionar, se me humedecieron los ojos y me comí la sopa en silencio y con todo el cariño que me salio en ese momento.
Así que hoy os presento mi sopa, gracias a ellos la he vuelto a cocinar, con alguna variante como el ajo negro y aprovechando que había hecho pan Payés fue una ocasión que vino rodada, os puedo asegurar que con ajo negro está......
Esta entrada va de dedicada a mis abuelos y a estos amigos que me la trajeron de vuelta.
Muchas gracias.
Una letrilla refranera aragonesa canta así:
Siete virtudes tienen las sopas:
quitan el hambre, y dan sed poca.
Hacen dormir y digerir.
Nunca enfadan, siempre agradan.
Y crían la cara colorada.
Ingredientes:
1 litro de caldo suave de pollo.
5 ajos negros.
Pimentón dulce de Vera - Una cucharada rasa de postre.
Pimentón picante de Vera - La punta de una cuchara de postre.
2 rebanadas de pan de pruebo o hogaza duras.
2 huevos.
Aceite de oliva virgen extra.
Sal.
Preparación:
Poner una sartén al fuego con un poco de aceite, cuando esté caliente poner los ajos cortados en laminas gorditas.
Cuando los ajos estén ya hechos le pondremos el pan, solo la miga y los dos pimentones, rehogamos un poco y le añadimos el caldo suave de pollo.
Lo dejamos hacer chup-cup a fuego moderado y le vamos dando vueltas de vez en cuando durante unos 10 minutos desde que llegue a ebullición.
Transcurrido ese tiempo, añadimos los huevos, los removemos con una cuchara de palo para que se deshagan y la clara deje esas hebras sobre la sopa.
Servimos caliente.
!Espero que os guste!.