Ingredientes para 2 raciones:
1 cebolla mediana
4 tomates maduros
1/4 de l de caldo de pollo o de verduras
4 tomates secos
1 cucharada de piñones
2 cucharadas de queso parmesano rallado
1 diente de ajo
Nata (crema de leche) líquida
Aceite de oliva virgen extra
Sal, pimienta negra en grano
Elaboración:
Precalentar el horno a 210º arriba y abajo.
Poner los tomates secos en remojo con agua tibia.
Pelar la cebolla y cortarla por la mitad, lavar los tomates maduros y cortarlos también por la mitad.
Colocar la cebolla y los tomates maduros en una bandeja apta para horno, salpimentar, rociar con aceite y asar durante 30’.
Transcurrido ese tiempo, verterlo todo en una cazuela con el jugo que habrá desprendido, triturarlo, añadir el caldo y cocer durante 5′ minutos más, a fuego medio. Apagar el fuego, añadir un chorrito de nata (crema de leche) líquida y mezclar.
Para el pesto, tostar ligeramente los piñones en una sartén y ponerlos en el vaso de la batidora, junto con los tomates secos hidratados y escurridos, el queso rallado, el ajo pelado y una pizca de sal. Cubrir la mezcla con aceite y triturar. Añadir un poco más de aceite, según la consistencia que queramos obtener, aunque ha de quedar espeso.
Emplatar la sopa, repartiendo el pesto en el centro de cada plato.
Tomate sobre tomate… para los muy tomateros. El asado previo y la mezcla con el pesto aportan un extra de sabor a esta sopita tan rica y reconfortante. Si preferís la versión vegetariana, optad por añadirle caldo de verduras y substituid el queso por tofu y la nata (crema de leche) líquida por una crema de arroz o de almendras.