A los que somos "soperos" no hay nada que nos entone más el cuerpo y reconforte en el tiempo frío que una buena sopa. Me da igual el tipo: me entusiasman todas.
En verano me decanto para las cenas por una crema fría como el gazpacho, salmorejo, crema de calabacín...En invierno igual preparo unas sopas de ajo castellanas que un aromático caldo de pollo con fideos, un caldo de cocido o una sopa de cebolla afrancesada. El caso es hidratar el cuerpo y sentir placer al comer con cuchara...
Y a vosotr@s, ¿os gusta la sopa o sois como Mafalda?
Para 6 personas:
2 puerros finos o uno de tamaño XL
2 zahahorias
2 ramas de apio
1 cebolleta
1 trocito de col o repollo
un puñado de acelgas
1 pizca de aceite de oliva
2 dientes de ajo
1 cucharadita de pimentón dulce
agua
sal
perejilEl nombre de juliana no se refiere a la inventora de la sopa en cuestión, sino al corte de las verduras en bastones finos.
Se lavan todas las verduras y se cortan en juliana (el puerro y la cebolla se pueden cotar en aros y luego a la mitad). Se reservan.
Se pone al fuego una cazuela con una pizca de aceite. Se añaden los dos ajos fileteados finos y se deja que se rehoguen, pero sin tostarse. Se retira la cazuela del fuego y se añade el pimentón, removiendo con una cuchara de madera. Se hace esta operación fuera para que no se queme al fuego el pimentón, pues aportaría un desagradable sabor amargo al quemarse.
Realmente añadimos el pimentón para darle aroma y color al plato.
Se vuelve a poner al fuego y se agregan las verduras. Se rehogan unos instantes, se cubren con agua, se salpimenta y se deja que hierva, a fuego medio, durante media hora.
Se lava y corta el perejil y se espolvorea en el momento de servir la sopa.