Generalmente estamos acostumbrados a tomar tartas (ya sean Layer Cakes o Naked Cakes) elaboradas a partir de una base de bizcocho y una crema que la acompaña. Hoy os traigo una nueva posibilidad: una tarta a capas elaborada con bases de brownie!
¿Y qué tiene de especial un brownie?
¿Qué lo hace diferente a un bizcocho de chocolate?
A diferencia de la esponjosidad de un bizcocho; un buen brownie es aquel en el que su textura es húmeda, densa y jugosa en su interior, y crujiente en su capa exterior. Aquel que, aunque pasen los días, sigue manteniendo un interior de lo más tierno y chocolateado (no os creáis esa milonga de que el buen brownie se convierte en piedra pasado el 1r día!).
El chocolate es su enorme protagonista y por ello os recomiendo usar uno de muy buena calidad, un chocolate de los de verdad. Nada de derivados, ni cacao en polvo ni variedades extrañas… un clásico chocolate negro con un alto porcentaje de pasta de cacao. Sólo así conseguiréis sacarle el mejor partido a un brownie perfecto y conseguir que tanto su aroma como su sabor os transporten al bocado tan esperado.
Para elaborar esta tarta he seguido las indicaciones del maravilloso post que Silvia escribió para conseguir un brownie perfecto. Y lo he conseguido: delicioso, jugoso, con un intenso aroma y sabor a chocolate. Os lo recomiendo al 100%. A éste le he incorporado un relleno de crema de queso (espectacular!), un crujiente de coco y nueces que aporta ese toque divertido a la tarta y un glaseado de ganache de chocolate que hipnotiza, como mínimo!
Tarta de Brownie con Queso, Coco y Nueces
INGREDIENTES
Para las bases de brownie:
250 gr. mantequilla
180 gr. chocolate negro al 80% de cacao o chocolate negro al 70% de cacao
4 huevos L
110 gr. harina de trigo
70 gr. azúcar moreno
230 gr. azúcar blanco
5 gr. sal fina
1 cucharadita de pasta de vainilla
Para la crema de queso:
220 gr. queso philadelphia
115 gr. azúcar glas
90 gr. mantequilla
Para el crujiente de coco y nueces:
50 gr. nueces
50 gr. coco rallado
60 ml. nata (crema de leche) líquida para montar (he usado Creline)
60 gr. azúcar blanco
1 yema de huevo M
20 gr. mantequilla
Para la ganache de chocolate negro:
50 gr. chocolate negro 70%
50 ml. nata (crema de leche) líquida para montar
1/2 cucharada de azúcar glas
PREPARACIÓN
De las bases de brownie:
Precalentamos el horno a 200º con calor arriba y abajo. Cubrimos tres moldes redondos de 15cm con papel de horno, engrasado con spray desmoldante (si sólo tenéis un molde, deberéis hornear las 3 capas por separado).
En un bol juntamos la harina y la sal. Tamizamos y reservamos.
Al baño María, derretimos la mantequilla junto a los dos tipos de chocolate. Removemos con una pala de madera, viendo como la mantequilla y el chocolate se van fundiendo e integrando entre ellos hasta que no quede ningún grumo. Cuando esté listo, lo quitamos del fuego e incorporamos el azúcar moreno y la vainilla en pasta. Removemos y dejamos templar.
En un bol batimos ligeramente 2 huevos con la mitad del azúcar blanco. No hace falta que doble su volumen, únicamente que adquiera un poco de aire y los dos ingredientes se integren. Lo añadimos a la mezcla de chocolate y mantequilla, mezclando para que los huevos no cuajen con el calor de la preparación. Reservamos.
Ahora sí, con unas varillas eléctricas, montamos los otros 2 huevos con la mitad del azúcar blanco. Debe doblar el volumen para que así aporte el toque justo de aire a nuestro brownie. Incorporamos a la mezcla anterior, con la ayuda de una espátula y realizando movimientos envolventes, suaves y delicados.
Añadimos la harina y la sal. Mezclamos de la misma manera y listo!
Bajamos el horno a 175º y vertemos unos 350 gr. de masa en cada molde. Horneamos durante 25 minutos (veréis que al brownie le aparece una especie de capa crujiente en la superficie). Cuando esté listo, dejamos enfriar por completo en una rejilla.
De la crema de queso:
Batimos la mantequilla (que debe tener textura pomada) con el azúcar glas, hasta que la mezcla se vuelve completamente blanca y muy cremosa. Para ello, iremos aumentando la velocidad progresivamente y dejaremos mezclar durante varios minutos a máxima potencia.
Incorporamos el queso frío, directamente de la nevera, con la ayuda de una espátula de mano o bien a la velocidad mínima. Mezclamos únicamente hasta que se integre bien con la crema y veamos que está se vuelve muy sedosa y jugosa.
Reservamos en la nevera hasta el momento de montar la tarta.
De la capa crujiente de coco y nueces:
Mezclamos la mantequilla (con textura pomada) con las nueces y el coco, hasta conseguir una pasta grumosa.
En un cazo a fuego medio, juntamos la nata (crema de leche), la yema de huevo y el azúcar. Vamos removiendo la mezcla con una espátula hasta que alcance los 82º y ésta haya espesado considerablemente (es importante ir controlando la preparación ya que el huevo puede cuajar, estropearse y engancharse por completo a la base del cazo). Retiramos del fugo y vertemos sobre la mezcla de mantequilla, coco y nueces.
Dejamos enfriar por completo antes de montar la tarta.
De la ganache de chocolate negro:
Llevamos la nata (crema de leche) a ebullición a fuego medio. Cuando empiece a hervir, la retiramos del fuego y añadimos el chocolate negro troceado, mezclando suavemente para que se vaya derritiendo con el calor de la nata (crema de leche).
Añadimos el azúcar glas y seguimos mezclando suavemente hasta conseguir una ganache lisa y sedosa.
MONTAJE
Con las 4 preparaciones elaboradas, vamos a crear una tarta de 3 pisos siguiendo los siguientes pasos. Fácil, rápido y delicioso!
Empezamos colocando una base de brownie sobre una placa de cartón especial para tartas, que sea de un diámetro igual o un poco mayor a nuestra tarta. Con la ayuda de una espátula codada extendemos una fina capa de crema de queso. Sobre ésta, colocamos un buen puñado de crujiente de coco y nueces, desde el centro hasta la parte más exterior, asegurándonos de que todo queda bien cubierto.
Con la ayuda de una manga pastelera y una boquilla redonda, cubrimos la capa crujiente con más crema de queso. Debemos hacerlo con manga y boquilla ya que si intentamos extender la crema de queso sobre el crujiente de nueces y coco, éste nos impedirá extenderlo bien y la preparación se estropeará saliéndose del pastel. El recurso que os he explicado es mucho más fácil, práctico y limpio.
Tapamos esta primera capa con la siguiente base de brownie y procedemos de la misma manera: capa de queso, crujiente de coco y nueces, y otra capa de queso.
Ahora ya tenemos los tres pisos preparados. Para acabar de culminar nuestra tarta y darle el broche rústico final, vertemos la ganache de chocolate negro que hemos preparado por encima de la tarta. Con la ayuda de una espátula pequeña o un cuchillo de untar, vamos acompañando la ganache hacia el borde de la tarta para que deslicen las gotas hacia abajo (tal y como se ve en la foto, dando ese aporte de drip cake que ahora está tan de moda!).
Extendemos una nueva capa crujiente de coco y nueces encima del ganache. Finalmente repartimos en la parte superior unas cuantas láminas de chocolate negro.
Una tarta al más puro estilo rústico, con una combinación de sabores y texturas que contrastan y explosionan en cada uno de sus bocados. Os aseguro que no dejaréis indiferente a nadie con esta preparación.
Porque un buen brownie también puede ser el protagonista de una tarta a capas! (Y os aseguro que os va a dar para muuuuuchas porciones).
Espero que os haya gustado la receta que os he preparado para esta ocasión y sobretodo que, si os gusta, os animéis a prepararla y compartirla en vuestras redes! Estaré encantada de verla.
Muchos besotes,
Ainhoa.
Para hacer esta receta, hemos utilizado...
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