Muy fácil de preparar. Una tarta para cualquier ocasión, de estas que no hace falta celebrar nada para hacerla. Fresquita, ideal para estos días de verano.
1 litro de leche entera o semidesnatada
200 gr de galletas tipo tostada rectangulares
200 gr de chocolate blanco
100 gr de maicena
125 gr de azúcar (o al gusto)
1 cucharada de esencia de vainilla
Para Decorar:
Fresas
Chocolate blanco
Bolitas de chocolate
Yo he utilizado un molde de silicona rectangular de 23x10 y 6,5 cm de altura.
Si utilizáis un molde que no sea de silicona, cúbrelo con papel film, para luego poder desmoldar bien la tarta.
Disuelve en un bol la maicena con 200 ml de leche. En un cazo, coloca el resto de la leche y añade la esencia de vainilla y el chocolate blanco partido en trocitos. Lleva el cazo al fuego y, cuando el chocolate ya está disuelto, añade la maicena. Calienta hasta que espese removiendo continuamente para que no se pegue al fondo. Cuando la crema haya espesado, retira del fuego.
Coloca con un cazo, crema de chocolate blanco en el fondo del molde cubriendo toda la base.
Ahora, coloca encima una capa de galletas.
Vamos con otra capa de crema, extiende bien con una espátula para llegar a todos los rincones. Otra capa de galleta y, de nuevo, otra de crema de chocolate. Repite este proceso de capas hasta terminar con toda la crema o hasta llegar al borde del molde.
Para terminar, cubre con un film transparente y deja que se enfríe a temperatura ambiente. Después, guárdala en el frigo durante toda la noche.
Para desmoldar, separa bien los bordes para que se despegue toda la tarta del molde. Da la vuelta a la tarta y colócala en el plato o bandeja donde la vayas a servir.
Decoración:
Para hacer la decoración, usa unas fresas, un poco de chocolate blanco y unas bolitas de chocolate, o decórala a tu gusto o con lo que tengas a mano.
Espero que la hagáis, ya que se hace muy rápido, y la disfrutéis que está muy rica!!!