Bon appétit amig@s,
Si tuviera solo una palabra para definir esta tarta, sería “ESPECTACULAR”. Su combinación de sabores va a las mil maravillas y su presentación es de “10”.
Y de paso aprendemos otra elaboración base que utilizaremos en cantidad de ocasiones en la repostería, todo un clásico: la masa sablée sucrée.
En esta ocasión de chocolate, y si os sobra masa, ideal para hacer unas estupendas galletas. Es una masa muy fácil de congelar, de hecho yo suelo congelar siempre los sobrantes y de vez en cuanto, cuando tengo cantidad suficiente, los utilizo para elaborar una nueva tarta.
Es una tarta fácil de elaborar con un relleno muy sencillo, un simple ganache al que hemos dejado el tiempo suficiente de reposo para convertirlo en una crema de consistencia cremosa (nos llevará alrededor de 2 a 3 horas a temperatura ambiente ó 1 hora en la nevera) y al que hemos puesto por encima unas peras (en este caso en conserva en almíbar ligero) y espolvoreado unos pistachos machacados.
La combinación es suprema.
Ingredientes:
Para la masa:180 gramos de harina
20 gramos de cacao en polvo puro sin azúcar
100 gramos de mantequilla fría
80 gramos de azúcar glas
25 gramos de harina de almendra
1 huevo
Una pizca de sal
Para la crema de chocolate(ganache):
200 gramos de chocolate para postre
200 ml de nata (crema de leche) para montar
Para la decoración:
Peras en conserva en almíbar ligero
Un puñado de pistachos sin sal picados
Empezamos por preparar la base de la tarta ya que va a necesitar unos 20 minutos de frío antes de extenderla y hornearla durante otros 20 minutos.
En un bol ponemos la harina, la pizca de sal, el azúcar glas, el cacao, la harina de almendra ó almendras molidas y la mantequilla fría cortada en cubitos. Mezclamos con nuestras manos todos estos ingredientes hasta que estén bien integrados y resulte una masa arenosa. Batimos un poco el huevo y lo incorporamos. Seguimos amasando hasta formar una bola. La extendemos entre 2 hojas de papel de horno del tamaño de nuestro molde (yo utilicé un molde rectangular de 35 x 12 cm) y la dejamos reposar en la nevera unos 20 minutos.
Mientras seguimos con el relleno: es un simple ganache. Llevamos a ebullición la nata (crema de leche) y la vertemos en el bol donde hemos puesto el chocolate troceado. Esperamos un minuto y mezclamos bien.
Tapamos con un papel film y dejamos reposar a temperatura ambiente hasta que adquiera una consistencia cremosa.
Ahora hornearemos la base. Sacamos la masa de la nevera y la ponemos sobre el molde. Recortamos los bordes (que podemos utilizar para hacer unas cuantas galletas), y pinchamos con un tenedor el fondo. Ponemos encima un papel horno y unas legumbres secas a modo de peso afín de que no se infle durante la cocción. Horneamos a 170 grados así tapada con calor arriba y arriba. Quitamos las legumbres y seguimos la cocción otros 10 minutos.
Ya tenemos horneada la base. Dejamos enfriar bien antes de desmoldar.
Y ya lo tenemos todo listo para el montaje. Rellenamos la tarta con la crema de chocolate reposada y cremosa y ponemos por encima mitades de peras que hemos cortada en rodajas.
Truco: secar bien con papel absorbente de cocina las peras del jugo en las que habían estado en la conserva.
Esparcimos unos pistachos machacados (u otro fruto seco como por ejemplo almendras tipo crocanti …) y dejamos enfriar en la nevera unos 30 minutos.
Lista para comer. Muy vistosa y sobre todo buenísima. No se suele hacer porciones grandes de esta tarta ya que tiene una consistencia considerable y mucho mucho chocolate. Si os sobra, se aguanta perfectamente unos 3-4 días en la nevera.
¡Os animo a prepararla!
Bon appétit Mama