En realidad el postre en cuestión tenía que cumplir varias características:
- Que fuera una tarta y no un bizcocho.
- Que fuera rectangular (para estrenar mi nuevo molde).
- Que se hiciera con masa quebrada u hojaldre (porque tenía en la nevera)
Así que al final, opté por esta tarta sencilla de pasta quebrada y especie de crema pastelera con sabor a lima.
Ingredientes
1 masa quebrada comprada (a mi me sobró)
500 ml. de leche semidesnatada
125 gr. de azúcar
4 cucharadas de Maizena
3 huevos tamaño L
La piel de una lima y ralladura de 1 lima
Limas y azúcar glass para decorar
Primero prepararemos la crema.
Apartamos una taza de leche y reservamos. Hervimos en un cazo el resto de la leche con la piel de la lima. Cuando rompa a hervir retiramos del fuego. Quitamos la piel de la lima y añadimos el azúcar y la ralladura. Reservamos.
En un bol batimos los huevos y le añadimos la Maizena que habremos disuelto en la taza de leche. Mezclamos bien.
Ponemos nuevamente al fuego el cazo con la leche, el azúcar y la ralladura y cuando rompa a hervir añadimos la leche con los huevos y la Maizena removiendo continuamente para conseguir que vaya espesando.
Cuando conseguimos el espesor deseado, retiramos del fuego y dejamos enfriar.
Precalentamos el horno a 170º.
Ahora preparamos la base de la tarta, forrando el molde con la masa quebrada y cortando el sobrante pasando un rodillo por encima.
Ponemos un poco de papel vegetal en el fondo del molde sobre la masa, con unos garbanzos (para que la masa no se hinche) durante 20 minutos. Transcurrido este tiempo, quitamos los garbanzos y horneamos otros 10 minutos más.
Dejamos que la masa se enfríe para posteriormente rellenarla con la crema que también estará fría. Adornamos con rodajas de lima y azúcar glass espolvoreada.
Me armé de valor para no romper la dieta y sólo me tomé una esquinita para probarla. Ummmmmm, ¡¡os va a encantar!!
Segunda receta con limas y segundo resultado exitoso. Ya estoy dándole vueltas a la cabeza y pensando cual será el siguiente.