Se ha juntado una mala racha con varios frentes abiertos, pero ¡de todo se sale!
Así que volvemos a la carga con recetas ricas riquísimas.
Seguiré con recetas de todo tipo, pero cada vez veréis más para intolerancias. ¿Por qué? Pues porque me están llegando muchas personas con alergias e intolerancias alimentarias preguntando por ellas y luego, porque yo también estoy intentando sacar de mi vida el gluten y la lactosa, así como más gente cercana a mi.
Parece que tengo cierto grado de intolerancia a ambos y, aunque no es muy elevado ni me da problemas en exceso, ahora mismo, pues me han recomendado que los excluya de mi dieta.
Y, entre nosotros que no nos oye nadie, pues me está costando un poquito bastante, sobre todo el gluten.
Pero bueno pasito a pasito.
Hoy vamos con una tarta que querían para un cumpleaños de una persona diabética, pero que además no tuviese ni trigo, ni leche.
Recurrí a la receta que me pasó mi amiga Isabel del bizcocho de limón con harina de arroz y yogur de soja que podéis ver aquí y, modificándola un poquito, ha quedado una tarta espectacular.
El bizcocho en esta ocasión lo he hecho de naranja, a gusto de la cumpleañera, y el relleno ha sido mermelada de naranja y ganache de chocolate negro.
Perfecto como postre de cualquier celebración.
Vamos al lío.
Ingredientes
Para un molde de 20 cm y una tarta de dos capas.
Para el bizcocho:
?3 huevos L a temperatura ambiente
?1 yogur de soja sin azúcar
?250 g de harina de arroz
?120 g de eritritol (o stevia)
?120 g de aceite de oliva suave
?1 y 1/4 cucharaditas de levadura sin gluten
?Ralladura de una naranja
Para el relleno y la cobertura:
?Mermelada de naranja sin azúcar
?200 g de chocolate negro puro (sin lactosa) sin gluten y sin azúcar
?200 g de nata (crema de leche) para montar sin lactosa
Elaboración:
Lo mejor para hacer tartas rellenas y fundamental para las de fondant, es hacer un día el bizcocho y al siguiente rellenarlo.
Las de fondant nos llevarán aún un día más, el primero horneamos y preparamos el relleno si es necesario (con la buttercream no hace falta), al día siguiente rellenamos y cubrimos con la crema elegida, y al tercero, cubrimos y decoramos con fondant.
Así que, en este caso un día hacemos el bizcocho y el ganache, que tiene que coger consistencia, y al día siguiente montamos nuestra tarta.
Para el bizcocho:
Pues ponemos todos los ingredientes, por ese orden, en un bol y se bate hasta que esté todo bien mezclado.
Se engrasa el molde con un poco de aceite o spray desmoldante y se vierte la masa.
Se mete al horno, en el medio, durante 40 minutos, lo de siempre, cada horno es un mundo y nadie mejor que vosotros lo conoce, cuando lleve unos 30 minutos (no abrir el horno antes de pasado este tiempo o se nos vendrá abajo el bizcocho) pincharlo con un palillo y si sale limpio ya está listo, si no, 5-10 minutillos más y volvemos a pinchar.
Sacamos a una rejilla, dejamos reposar 5 minutos en el molde, desmoldamos, dejamos templar sobre la rejilla, envolvemos bien bien (sin que quede nada al aire) en papel transparante y reservamos en la nevera hasta el día siguiente.
Cómo habéis leído, lo metemos en la nevera caliente y envuelto. Con esto conseguimos que quede más jugoso.
Para el ganache:
En un cazo ponemos la nata (crema de leche).
Cuando empiece a hervir echamos el chocolate en trocitos.
Removemos hasta que el chocolate se haya disuelto totalmente.
Pasamos el ganache a una manga pastelera, sin cortar el extremo, la punta, la cerramos con una goma o pinza y reservamos a temperatura ambiente hasta el día siguiente.
Para montar la tarta:
Laminamos el bizcocho. Con una lira o cuchillo nivelamos y hacemos dos capas con nuestro bizcocho.
Colocamos una capa sobre la bandeja que vayamos a usar y rellenamos.
En este caso el relleno, mermelada, no es lo suficientemente consistente como para mantenerse dentro de la tarta sin salirse por los bordes.
Así que, para mantenerlo en su sitio, lo que hacemos es formar un dique con el ganache y ponemos dentro la mermelada.
Cortamos la punta de la manga con el ganache y vamos formando un círculo de contención sobre la capa de bizcocho.
Untamos el bizcocho con una fina capa de mermelada, para que penetre bien en el bizcocho y quede más jugoso, y luego rellenamos con mermelada, hasta la altura que hayamos hecho el dique.
Untamos de mermelada la otra capa de bizcocho, por la cara que va a ir hacia abajo, y la colocamos sobre el relleno.
Para decorar, en este caso yo he dejado la tarta casi al desnudo, nacked cakes, la última tendencia en tartas, y sólo he cubierto la parte superior con una fina capa de ganache y unas rosas, también de ganache, que hacemos poniendo en la manga pastelera una boquilla 1M.
Y ya tenemos nuestra tarta sin alérgenos lista, deliciosa y vistosa.
¿Qué os ha parecido?