A veces mi cerebro no funciona bien y me encuentro con que tengo el doble de algo y no sé cómo darle salida. Y eso fue lo que me pasó con el queso Reblochon. El mismo día lo compré repetido cuando yo sólo tenía la idea de preparar la tartiflette y con uno tenía de sobra. Así que decidí que parte del otro se iría para una tarta de queso. Echando un visto al libro de “Las mejores tartas de queso” de Bea Roque encontré una receta que me sirvió como inspiración para hacer esta tarta de queso Reblochon.
El Reblochon es un queso francés de pasta blanda con un sabor intenso. El resultado de cocinar con él es una tarta muy cremosa, con el centro casi líquido, de esas que tienes que comer con cuchara.
A mi me gustó muchísimo y a mi hijo, aún más. Y tenía todas las reservas del mundo con él, porque no le gusta el queso (ejem) y en esta tarta se nota muchísimo el sabor del mismo.
Ingredientes (para un molde redondo de 18 centímetros):
Para la base:
Galletas Digestive: 120 gramos.
Mantequilla derretida: 65 gramos.
Para el relleno:
Queso de untar: 370 gramos.
Queso Reblochon: 110 gramos.
Azúcar blanca: 170 gramos.
Nata (crema de leche) 35% M.G.: 500 gramos.
Huevos: 3.
Maizena: 10 gramos.
Elaboración de la tarta de queso Reblochon:
Engrasa las paredes y el fondo de tu molde desmontable con mantequilla. Cubre el molde con papel de hornear y engrasa el papel.Para hacer la base de la tarta, tritura las galletas hasta convertirlas en polvo. Después derrite la mantequilla en el microondas: ponla en un bol, tápala con papel film y cocina a 600W en intervalos de 30 segundos.
Pon las galletas en un bol y echa encima la mantequilla derretida. Mezcla todo y deja que repose esta mezcla durante 5 minutos. Después cubre el fondo del molde con esta mezcla. Extiéndela bien para que cubra todo el fondo y aprieta. Mete el molde 30 minutos en el congelador o 15 minutos en la nevera.
Mientras se endurece la base de la tarta, enciende el horno a 160ºC.
Retira el sello de cera del queso. Puedes dejar la corteza o retirarla, a tu gusto (yo la dejé). Pon todos los ingredientes en la batidora o el procesador de alimentos y tritura durante 30 segundos.
Cuando saques la base del congelador, echa la crema de queso por encima y hornea durante 35 minutos. Saca la tarta del horno y déjala enfriar sobre una rejilla. Una vez fría, pásala a la nevera.
A la hora de consumirla, sácala un ratito antes para que se atempere y puedas disfrutar mejor de su sabor.