Para elaborarla necesitaréis:
Un paquete de galletas (del tipo que más os gusten)
Unos 100 g de mantequilla
500 g de queso crema
12 cucharadas de leche condensada
4 yemas de huevo
Rodajas de kiwi (o de la fruta que más os guste) y azúcar glas para decorar
Comenzamos preparando la base de la tarta. Para ello trituramos las galletas y las mezclamos con la mantequilla derretida.
Las colocamos en el fondo del molde que vayamos a emplear, y las aplastamos bien para cubrir uniformemente toda la base. Refrigeramos mientras seguimos preparando el resto de la receta.
En un bol ponemos el queso, las yemas, la leche condensada y batimos con varillas hasta que nos quede una masa cremosa.
Volcamos la mezcla en el molde y horneamos a 180 º durante media hora aproximadamente.
Sacamos la tarta del horno y distribuimos por la superficie las rodajas de kiwi. Espolvoreamos con el azúcar glas y dejamos enfriar completamente antes de desmoldar.
Y aquí tenéis el resultado, una delicia! :D
Sabíais que fueron los neozelandeses los que bautizaron así a esta fruta?
Apodados ellos mismos los kiwis, decidieron llamar a la fruta como al ave que les sirve de símbolo nacional. Al parecer lo hicieron como homenaje a su ave kiwi, pero también porque esta pequeña ave corredora tiene un curioso parecido con la fruta; una barriga redondita y unas plumas de color marrón claro. Curioso, no os parece? :D
jejejee