Las fresas y el chocolate siempre forman una buena combinación ¿no os parece?. En mi caso, lo elevo incluso a la categoría de sublime, ya que por un lado creo que no hay fruta que me guste más que las fresas y entre los dulces, considero que el chocolate es el rey. Estas tartaletas que os traigo hoy están hechas con una masa quebrada que te sirve tanto para hacer un postre como este o para hacer una quiche o tarta salada. Las que yo he hecho, están rellenas de ganache de chocolate, fresas silvestres y unas hojitas de menta para decorar.
Por supuesto que en lugar de tartaletas puedes hacer una tarta grande para compartir con amigos o para cualquier celebración que se te ocurra. Lo que sí os recomiendo es que hagáis vosotros mismos la masa quebrada porque como todo lo hecho con tus propias manos, no tiene punto de comparación con la que podemos encontrar en las grandes superficies.
La masa quebrada o pasta brisa (pâte brisée en francés) es una masa seca y quebradiza. Está compuesta principalmente por harina y mantequilla, siendo habitual la proporción de una cantidad de mantequilla equivalente a la mitad del peso de la harina. Así por cada kilo de harina, pondremos 500 gr. de mantequilla.
Es importante no amasala demasiado, ya que de lo contrario obtendríamos una masa más elástica en lugar de alcanzar la textura quebradiza (no arenosa) que buscamos. Lo que no queremos justamente es que la masa desarrolle el gluten que contiene la harina por eso cuanto menos amasemos mejor, es más, ni siquiera conviene amasar, si no más bien mezclar con los dedos hasta que la masa cohesione y seamos capaces de formar una bola. Además la mantequilla deberá estar a temperatura ambiente aunque en ningún momento del proceso debe derretirse ya que no debe mezclarse completamente con la harina porque la mantequilla derretida absorbería la harina con mucha facilidad dando lugar a una masa poco quebradiza.
INGREDIENTES:
Para la masa quebrada:
250 gr. de harina floja o de repostería
125 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
1 huevo
80 gr. de azúcar glass (Si vas a hacer una tarta salada o quiche, no le añadas el azúcar)
1/4 de cucharadita de sal
2 cucharadas de agua muy fría
Para el ganache de chocolate:
200 gr. de nata (crema de leche) para montar (35% M.G.)
400 gr. de chocolate especial para fundir
Para decorar:
Fresas o cualquier fruta de temporada que se te ocurra
Hojas de menta
ELABORACIÓN:
Comenzaremos preparando la masa quebrada y para ello vamos a echar en un bol la harina y haciendo un hueco en el centro, añadiremos el azúcar, la sal, la mantequilla cortada en dados y el huevo entero (no es necesario batirlo previamente).
Mezclaremos bien con las yemas de los dedos. De esta manera conseguiremos que la mantequilla atrape al gluten de la harina y lo aislaremos así de los ingredientes húmedos. El gluten en contacto con los líquidos proporciona una masa más elástica y que se retrae al hornearla.
Añadiremos ahora el agua pero con cuidado de no echar más de la cuenta ya que el agua activa el gluten de la harina. Amasaremos lo justo hasta obtener una masa compacta y homogénea.
Formamos una bola y la envolvemos en film transparente. La metemos en la nevera como mínimo una hora.
Pasado este tiempo, estiraremos la masa con ayuda de un rodillo sobre una superficie ligeramente enharinada, hasta conseguir darle la forma del molde que vayamos a utilizar.
Cubrimos el molde e iremos ajustando bien la masa a las paredes. Una manera muy cómoda de hacerlo es cogiendo un trocito de masa sobrante y aprentando con ella la lámina de masa quebrada contra las paredes y vértices del molde.
Dejamos enfriar en la nevera durante 20 minutos.
Pasado este tiempo, retiramos el sobrante de masa con ayuda de un rodillo que pasaremos por encima para que el propio rodillo corte la masa que sobra. Con ayuda de un tenedor pincharemos toda la base para evitar que durante el horneado se formen bolsas de aire que hagan que la masa se levante y se hinche.
Cubrimos la tarta con papel de hornear (si lo arrugas previamente lo vas a poder manejar y adaptar mejor) y pondremos encima legumbres secas o bolitas especiales para hornear con el fin de que hagan peso sobre la masa y ésta no se levante.
Horneamos la masa 10 minutos a 200º C con el fin de hacerla un poco más impermeable a la hora de añadirle el relleno. Pasado este tiempo le quitaremos el peso que hayamos puesto y el papel de hornear y y la hornearemos 20 minutos más a 170º C.
Mientras se hornea nuestra masa, vamos a ir preparando el ganache de chocolate. Pondremos la nata (crema de leche) a fuego fuerte y cuando rompa a hervir la retiraremos del fuego y añadiremos el chocolate troceado. Dejamos reposar de 3 a 5 minutos. Con ayuda de unas varillas removeremos la mezcla hasta formar una crema espesa, lisa y brillante.
Una vez finalizado el tiempo de horneado de la masa, la sacaremos del horno y la dejaremos reposar durante 5 minutos sobre una rejilla. después la desmoldaremos con mucho cuidado ya que es muy quebradiza y la dejaremos enfriar antes de añadirle el ganache de chocolate que teníamos reservado.
Decorar con las fresas lavadas y con un poco de azúcar glass por encima.
ALGUNAS ACLARACIONES:
Si durante la preparación de la masa quebrada observas que la mantequilla se está derritiendo en exceso, o bien por el calor de nuestras manos o bien por la temperatura ambiente, introduce el bol en la nevera unos minutos hasta que se enfrie un poco de nuevo, pues es muy importante que no esté derretida.
Para hacer el ganache de chocolate es muy importante que todos los recipientes y utensilios que utilicemos estén perfectamente limpios y secos.