Perfecta para servir como entrante en una comida o como plato principal a la hora de la cena.
Un tartar de atún sabrá diferente dependiendo del aliño que le pongas, así que las opciones son infinitas. Nosotros te proponemos un aliño suave para que el atún sea el protagonista del plato y no pierda totalmente su sabor.
Ingredientes:
500 gr. de atún fresco.
1/2 cebolla morada.
4 cucharadas de AOVE.
1 cucharada de salsa de soja.
1 cucharilla de pasta de jengibre.
1/2 limón.
Sal y pimienta.
Rúcula.
Sésamo negro.
Sal Maldon.
Compra un buen lomo de atún, límpialo de pieles y espinas y congélalo durante 24 horas.
Corta a cuchillo el atún en trozos pequeños pero no demasiado, a nosotros nos gusta que tengan un tamaño entre uno y dos centímetros. Es más sencillo de cortar si no esperas a que esté totalmente descongelado y además así logramos que siempre conserve un grado de frescor.
Lo colocamos en un bol amplio para manipularlo fácilmente y a ser posible de aluminio porque eso ayudará a que conserve el frescor.
Salpimentamos el atún y le añadimos la cebolla morada bien picadita, el aceite, la salsa de soja, la pasta de jengibre y el zumo de medio limón.
Removemos bien ayudándonos de una cuchara. Probamos la sazón y rectificamos añadiendo sal, aceite o cualquier otro ingrediente si lo necesita. Emplatamos con rapidez.
Adornamos cada plato con unas hojitas de rúcula, semillas de sésamo negro tostadas y algunas escamas de sal Maldon.
Servimos inmediatamente para que el plato conserve el frescor al llegar a la mesa.