Aunque aquí es fácil encontrar ya muchas cervezas belgas de importación, me ocurre lo mismo que con la sidra: no estando allí, no sabe igual. Quizá sea el entorno, o que normalmente cuando puedo hacer estas escapadas estoy de vacaciones... Así que tengo cada vez más claro que tengo que volver a Bélgica.
Mientras tanto, me conformo con emular sus guisotes y acompañarlos de la trapense de rigor, eso sí, con mi toque.
Esta vez me vino bien el reto de Pilar para satisfacer mi gula flamenca, el típico estofado de carne con un poquitín de chocolate y un contrapunto crujiente, aportado por los granos de la granada.
El chocolate negro en los guisos, siempre poco para que no sea protagonista, da una profundidad muy particular a la salsa. Al no ser excesivamente dulce tampoco hace del resultado algo empalagoso... simplemente, tienes que probarlo para saber lo que es bueno.
Y, aunque no sea una preparación típica de estas fechas, plantéatelo: bien es verdad que la ternera no es barata comparada con la carne de cerdo, pero te puede quedar un plato muy resultón para alguna de las comilonas que nos esperan, se sale de la norma, y no te dejarás un pastiche en las carnes típicas de la estación.
Para cuatro personas, necesitarás:
- 750g de ternera para guisar
- 1 cebolla
- 1 zanahoria
- 1 cucharada de harina
- 1 granada grandota y bien madura, pelada
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 1 vaso de agua (250ml) o caldo (quedará más sabroso)
- 2 cuadraditos de chocolate negro
- Sal y pimienta negra
Salpimenta la carne y pásala ligeramente por la harina para sellarla en el aceite caliente, en la olla exprés, a fuego vivo.
Sácala cuando esté bien doradita y en ese mismo aceite pocha la zanahoria y la cebolla, hasta que cojan color y estén cocinadas. Incorpora de nuevo la carne y añade el agua o caldo (si no tuvieras caldo, es muy útil tener Bovril para estas cosas); cierra la olla exprés y baja el fuego cuando empiece a soltar vapor.
A partir de aquí son 45 minutos cocinando a fuego lento.
Cuando termine la cocción, deja que suelte todo el vapor que tiene para no perder aromas al abrirla de golpe, y comprueba que la carne está blandita. Sácala y tritura la salsa, ajustándola de sal si fuera necesario.
Deja que reduzca un poco y añade el chocolate al final, para que no se queme. Con la granada, lo mismo: va al final y un par de vueltas para que no pierda color ni textura con el calor.
Incorpora la carne para que se impregne de todos los sabores y sirve enseguida.
Puedes decorar con más granos de granada, y recomiendo una patata asada de guarnición; este guisote se lleva muy bien con una cerveza tostada, tipo La Trappe.