Dificultad: Media
Tiempo: 1 hora + tiempo de horno (6 horas)
La salsa de esta receta la vi hace tiempo en alguna publicación sobre alguno de nuestros grandes cocineros. Pero es de esto que la lees te la apuntas y no te acuerdas ni de donde la has sacado ni del nombre del cocinero porque con las prisas solamente te has apuntado la receta con una letra que casi ni uno mismo entiende.
A mi me gusta tanto el sabor de esta salsa que siempre me guardo en el congelador alguna bolsita. Además que se puede utilizar para tostas, para ensaladas, carnes...
Esta receta lleva su tiempo. Pero tampoco tenemos que estar muy pendientes, porque metemos los tomates al horno a baja temperatura y nos olvidamos de ellos por bastante tiempo.
Vamos con la receta...
Para los tomates asados:
Tomates kumato o del tipo que queramos (que sean pequeños)
Sal
Azúcar
Aceite de oliva
Hojas de albahaca
Para la salsa de tomate:
6 tomates
1 cebolleta
1 diente de ajo
Aceite de oliva
1 chorrito de vinagre balsámico
1 cucharada de mantequilla
1 cucharada sopera de azúcar muscovado
Sal y pimienta
1 vaina de vainilla
Escaldar y pelar los tomates. Guardamos la piel para hacer unos crujientes.
Disponer los tomates pelados en una bandeja. Les echamos una pizca de sal, un poco de azúcar y un chorrito de aceite de oliva. Metemos al horno a 100ºc durante 6 horas para que se vayan secando.
Meter también en el horno pero en otra bandeja las pieles de tomate. Estás estarán secas en una hora aproximadamente.
Mientras los tomates están secándose en el horno vamos haciendo la salsa:
Rehogamos en aceite la cebolleta que hemos cortado en juliana junto con el ajo picado.
Incorporamos los tomates pelados y cortados en dados.
Añadimos el vinagre, el azúcar muscovado y la vainilla abierta por la mitad. Dejamos cocer.
Trituramos (retirando la vaina de vainilla) y salpimentamos en caso de que sea necesario.
Ligar la salsa con mantequilla. Reservar.
Freír los crujientes de piel de tomate.
Cuando vallamos a servir napamos los tomates con la salsa de vainilla. Podemos servir fríos o templados. Los servimos sobre una hoja de albahaca. Y decoramos con el crujiente de piel de tomate.