Siendo el chef que toca este mes en Cooking the Chef (Karlos Arguiñano) y estando en las fechas que estamos (muy cerquita de la Semana Santa) no me he podido resistir a hacer una segunda receta para el reto de abril. Aisha y Abril nos proponen mes a mes un nuevo chef y nosotros tenemos que hacer una receta suya. Aquí podéis ver las recetas de mis compas de reto.
Naturalmente la receta de las torrijas no está inventada por Karlos Arguiñano yo creo que es una de esas recetas que recuerdan y saben a la niñez. En mi casa, y supongo que en todas las casas de hace algunos años, se hacían torrijas en la época de Semana Santa con el pan que había sobrado del día anterior. Es una verdadera receta de aprovechamiento. Con trozos de pan que ya están duros se hace un postre o una merienda la mar de contundente.
Parece mentira pensar en cómo se pierden las costumbres. Mis hijas no las habían probado aún. ¡Una pena! Fácilmente remediable, por otro lado, porque ya las han probado y les han gustado mucho. Por eso, repetiremos más veces. Seguro seguro.
He seguido la receta de Karlos Arguiñano, tal cual aunque he variado el tipo de aceite. Karlos propone la utilización de aceite de oliva. Pero yo he utilizado un aceite de pipa de girasol extrusionado en frio. Este aceite H12 lo conocí hace unos meses de la mano de un compañero de trabajo y, aprovechando que acabo de comprar mi segunda botella, lo he usado para esta receta.
Ingredientes. Para 2 ó 3 personas:
1 trozo de pan del día anterior
1/4 l de leche
2 huevos
2 cucharadas de harina
1 trozo de corteza de limón sin la parte blanca.
1 rama de canela
1 vaso de aceite de girasol
1 cucharada de azúcar
1/4 de cucharadita de canela en polvo
Elaboración de la receta Torrijas:
Pon la leche en un cazo. Añade la corteza de limón y la rama de canela (si es muy grande puedes cortarla por la mitad).
Pon a cocer a fuego suave durante unos 5 minutos aproximadamente. Pásala a una fuente amplia y deja que se temple.
Corta el pan en rodajas oblicuas (en diagonal para que queden torrijas más largas) de 2-3 centímetros de grosor y colócalas en un plato.
Vierte la leche encima y deja que se empapen bien durante unos minutos. Sabrás que ya está porque al tocar el pan, está blandito.
Pon la harina en un plato. Casca los huevos en un cuenco y bátelos bien.
Escurre un poco (con la mano) las rodajas de pan, pásalas por harina (Este paso lo he copiado. Es "Made in Arguiñano") y luego por el huevo.
Calienta una sartén con el aceite y fríe las torrijas, 1 minuto por cada lado, hasta que se doren.
Retíralas a un plato forrado con papel absorbente de cocina para que escurran el aceite.
Mezcla el azúcar y la canela en polvo y moja las torrijas en esta mezcla.
Consejo: No hay que utilizar el pan del mismo día porque al estar blando es muy fácil que se te rompa cuando lo pongas a remojar.
También puedes preparar torrijas de chocolate, basta con aromatizar la leche con un poco de cacao o chocolate en polvo en vez de canela y limón.
Mi Opinión: Al día siguiente de preparadas siguen estando buenas pero recién hechas están ¡Uhmmm!. El aceite de girasol le ha venido bien, ya que el aceite de oliva le deja un sabor mucho más fuerte. Me ha gustado cómo han quedado.