n casa nos encanta el cine, y dentro de éste, el género fantástico ocupa un lugar predominante a la hora de sentarnos en el sofá o en la butaca de una sala de cine a disfrutar de una película o serie. Este pasado viernes fuimos a ver una nueva entrega llevada a la pantalla de la escritora J. K. Rowling, "Animales fantásticos y dónde encontrarlos", se mueve ágilmente entre la fantasía, el humor, la acción y la comedia romántica, nos ha parecido una película imprescindible para cualquier fan de Harry Potter. Si bien es verdad que no tiene que ver con el personaje, durante la película vemos unos cuantos guiños a la saga potteriana que os van a emocionar sin duda alguna. J.K. Rowling ha logrado darle vida de nuevo a su mágico mundo, y parecer ser que por mucho tiempo, porque la película promete mucho, y estoy seguro de que va a dar mucho de sí.
Rowling incide en virtudes como la tolerancia, la bondad y la amistad, y carga contra la inhumanidad de las administraciones y la intolerancia provocada por el miedo a lo diferente, temas como veis de candente actualidad.
Aprovechando este reposición de la saga en televisión y del estreno de esta nueva película he preparado una receta que aparece entre las preferidas de Harry Potter a la hora de saborear un bocado dulce: la Treacle Tart o tarta de melaza un postre tradicional de la repostería de Gran Bretaña consistente en una masa quebrada rellena de una crema elaborada a base de sirope y pan antiguo, aunque yo he utilizado unas magdalenas que tenía en la despensa y que ya estaban poco esponjosas.
Para intentar que el resultado fuese lo más parecido a la auténtica y más tradicional treacle tart, hice un pedido por internet de uno de los ingredientes imprescindibles para su elaboración: el golden syrup o sirope dorado, todo un icono británico tanto por su envasado en lata, prácticamente invariable en formato desde su invención en 1881 como por su contenido, un sirope espeso y claro, producto del proceso de refinamiento del azúcar, con un aspecto totalmente delicioso.
"...Harry pudo oler una poción de amor hecha por Ginny. Amortentia, el brebaje en cuestión, es la "más poderosa en cuanto a amor se refiere". A pesar de que es realmente imposible crear el amor, el bebedor de la pócima se obsesiona con el que la hizo, en este caso Ginny. ¿Y cómo sucedió? Estando en clase del profesor, Harry, Ron, y Hermione eligieron el sitio más cercano a un caldero de color oro que emite uno de los olores más seductores que Harry jamás había inhalado. De alguna manera le recordaba a la vez la tarta de melaza, al olor amaderado de un mango de escoba y a algo florido que pensó haber olido en La Madriguera. Una gran alegría se apoderó de él y sonrió a Ron, que le devolvió la sonrisa con su habitual pereza."
Incluso si no eres un fan de Harry Potter, necesitas probar esta receta.
Para un molde de 20 cm Ø
Masa quebrada:
✓ 250 gr harina de repostería
✓ 115 gr mantequilla fría
✓ 1 pizca de sal
✓ 1 yema de huevo L
✓ 1 cdta de jengibre molido
✓ 1/2 cucharadita de zumo de limón
Mezclar la harina, la sal, y la mantequilla en un bol, todo con los dedos. Podemos utilizar también un robot de cocina pero lo podemos hacer perfectamente con las manos. Batir el huevo en un bol aparte y lo agregamos a la masa e incorporamos bien, finalmente añadir el zumo de limón. Si vemos que la masa no es lo suficiente manejable podemos añadir un poquito de agua fría. Amasamos bien hasta que hacemos una bola, la cubrimos con papel film y lo ponemos en el frigorífico un mínimo 30-40 minutos.
Para el relleno:
✓ 350 gr golden syrup
✓ 50 gr mantequilla derretida
✓ 75 ml nata (crema de leche) líquida
✓ 1 huevo L
✓ 1 pizca de sal
✓ 125 gr de magdalenas antiguas desmenuzadas
✓ Ralladura de 1 limón
Calentar el sirope a fuego bajo hasta que esté liquido. Retirar del fuego y dejar templar.
En un bol a parte mezclar el resto de todos los ingredientes del relleno y luego incorporar al sirope una vez templado. Remover bien y reservar.
Precalentar el horno a 180ºC
Retirar la masa de la nevera, quitar el film plástico y estirar con un rodillo sobre una superficie enharinada. Extender sobre el molde enmantecado, pinchando el fondo con un tenedor. Reservar los restos de masa para decorar.
Cubrir la masa con papel de hornearo aluminio y sobre éste colocar unas alubias o garbanzos secos.
Hornear 20 minutos.
Mientras tanto compactar los restos de masa sobrante. Estirar con rodillo y cortar 4 láminas de 1 cm de ancho por 20 de largo. Enrollarlas sobre sí mismas a modo de tirabuzón. Con el resto de la masa he hecho bolitas.
Pasado el tiempo, retirar el papel y las alubias y añadimos el relleno, alisando con una espátula o cuchillo ancho.
Transcurridos los primeros 20 minutos, sacar la tarta del horno y decorar con las tiras y bolitas de masa la superficie de la misma. Volver a hornear otros 20 minutos a la misma temperatura.
Está deliciosa tanto recién salida del horno, como en frío, es una auténtica golosina que seguro os gustará.
Otra opción es preparar tartitas individuales, más pequeñas usando moldes del tamaño de las flaneras. Servir con una cucharada extra de sirope y arándanos...
... o con nata montada (crema de leche).