Hans Christian Andersen, poeta y escritor romántico danes, después de su visita a Málaga en el año 1862 escribió: “En ninguna parte de España me sentí tan feliz y tan en casa como en Málaga. Las costumbres de sus gentes, su temperamento, el ancho mar, todo ello, tan necesario y rico para mí, lo encontré allí. Y es más, encontré algo todavía más importante: gente amable y comprensiva”.
Quizás su clima, su luz, el sol, sus paisajes mediterráneos, su historia, sus tradiciones, su cultura enraizada en sus pueblos blancos encalados, recostados al sol, en las laderas y al abrigo de sus montañas, refrescados por las brisas de la mar, hechizan a quienes nos visitan.
Malaka, Málaga “la bella” suelen llamarla, cuna de la humanidad, donde tartessos, fenicios, celtas e iberos, griegos, romanos y árabes enraizaron en ella; con el paso de los años sigue con sus brazos abiertos acogiendo a quienes nos visitan, transformándose una de las provincias más cosmopolita de la peninsula ibérica.
Málaga y su provincia está marcada por el sol y las culturas que han ido enraizando en ella.
Quién nos puede asegurar que con el tiempo la gastronomía malagueña se llenará de nuevos platos, nuevos gustos y costumbres, que las recetas hasta no hace mucho extrañas y diferentes a nuestras recetas ancestrales, no serán en un futuro no muy lejano los platos tipicos malagueños, influenciados por la diversidad tan enorme de las personas que se van asentando, procedente de multitud de paises, algunos de ellos muy lejanos.
¿Podría ser un chop suey de pollo? Aunque con nuestro particular acento andaluz, que igual se irá perdiendo, sonaría: “shosú de pollo”..........esperemos que por muchas influencias exteriores que nos siguen llegando y por ende se llegue a ampliar nuestro recetario “tradicional”, no se pierdan, mejor dicho no se olviden nuestras raices y perdure el carácter amable y abierto de su gente, de los futuros malagueños.
Ingredientes:
2 pechugas de pollo, 2 zanahorias, media cebolla y l pimiento verde cortados en tiras, cuatro o cinco champiñones cortados en rodajas, un diente de ajo, un vaso de caldo de pollo (puchero, pueden ver la receta en el buscador del blog o en primeros platos), una cucharada sopera de salsa de soja, una cucharada sopera de Maizena, una cucharadita de jengibre molido, aceite de oliva y una pizca de sal.
¿Como lo hice?
En un recipiente mezclar la salsa de soja, el caldo de pollo, la maizena (disuelta previamente en un poco de caldo), el ajo machacado y el jengibre. Reservar.
En un wok o una sartén echar un chorreón de aceite de sésamo (en su defecto puede hacerse con aceite de oliva) y una vez bien caliente sofreir las tiras de pollo removiendo con una cuchara de madera.
Retirar la carne e incorporar la zanahoria, el pimiento, la cebolla y sofreir durante dos o tres minutos.
Pasado éste tiempo agregar los champiñones, removiéndo toda la verdura hasta que estén doraditos.
Incorporar el pollo al wok y echar la mezcla de liquidos, mezclar bien, probar de sal y dejar hervir hasta que espese al gusto.
Consejo:
Para que el chop suey conserve todo el sabor de los ingredientes, su textura y su color, deberá mantener muy caliente el wok o la sartén donde se cocine y remover todo el tiempo los productos, constantemente.
Acompañar con arroz cocido, tipo Thai y si gustan, como les ocurre a mis hijos también con patatas fritas.
Disfruten de Málaga, de su gastronomía (pasada, presente y futura), de su clima, de sus paisajes, de su luz, de su mar......... les dejo un trocito de ella, una vista del Puerto a finales del siglo XIX o principios del XX, donde se ve La Farola.
Hoy en día ésa parte del Puerto, es una bonita dársena, con tiendas y restaurantes, inaugurado hace pocos meses como Puerto Uno.
El cuadro está pintado por mi suegro.