El pescado blanco tiene muy poca grasa (no supera el 2% de su composición). Esto se debe a que, en el mar, encuentra su alimento cerca por lo que no necesita desplazarse. Al ser sedentario, no necesita acumular grasa para viajar. Contiene unas 80 calorías por cada 100 gramos y es muy fácil de digerir.
Es pescado blanco:
el bacalao.
el cabracho.
el lenguado.
la merluza.
el rape.
la faneca.
el congrio.
el gallo.
el rodaballo.
El pescado azul contiene, como mínimo, un 6% de grasas. Esto se debe a que necesita hacer grandes viajes, por lo que acumula grasa para poder llevarlos a cabo. Contienen entre 120-200 calorías por cada 100 gramos. La grasa del pescado azul es rica en ácidos grasos poliinsaturados y consta de ácidos grasos omega-3, los cuales reducen el nivel de triglicéridos, disminuyen la presión arterial, disminuyen el riesgo de trombosis... En definitiva, contribuyen a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Es pescado azul:
la anchoa.
la angula.
el atún.
el bonito.
la caballa.
el chicharro.
el pez espada.
el salmón.
la sardina.
¿Cómo diferenciarlos?
Si os encontrais un pescado que no sabeis de qué tipo es, un truco para saberlo es mirar su cola:
si su borde es recto, es pescado blanco.
si es en forma de flecha, es pescado azul.
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Fuentes: pescaderiascorunesas.es, dietas.net.