"Muchas son elaboradas teniendo en cuenta las calorías, grasa y sodio", apunta Yvonne Steinbring, especialista en nutrición y asuntos de la familia y del consumidor en la Universidad de California. "Con frecuencia, cuestan menos que comprar comidas fuera de casa".
Para ayudar al consumidor a comparar el contenido nutritivo de las comidas congeladas, Steinbring comparte algunas pautas que el Instituto Norteamericano para Investigación del Cáncer recomienda se tomen en cuenta al comprarlas:
Busca las que tengan la mayor cantidad de verduras. Una cena de pavo al horno puede incluir puré de patata, pero la de otra marca puede también incluir zanahorias, por ejemplo.
Las marcas cuyos nombres `suenan´ más saludables pueden incluir más verduras y granos integrales, pero asegúrate que se encuentren entre los primeros ingredientes en la lista.
Compara la información sobre nutrición en la etiqueta de diferentes marcas. Dos comidas pueden contener los mismos alimentos pero una tener mucha más grasa saturada y sodio (procedente de la sal añadida).
Busca las comidas que tengan un máximo de 800 miligramos de sodio y 10-13 gramos de grasa por cada 300-400 calorías. Esto equivale aproximadamente a 30% de calorías de grasa.
Complementa las comidas congeladas con otros alimentos saludables, como una ensalada, una taza de sopa de verduras o sobrantes de algún platillo de verduras.
Obtén la conveniencia de simplemente tener que calentar una comida congelada a la vez que ahorras en el gasto: congela comida hecha en casa en porciones individuales para calentarlas después en el microondas. Así, cuando necesites una comida completa en poco tiempo, la tendrás lista !en un abrir y cerrar de ojos!
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