Al acercarse esta época, la gastronomía de nuestro país muestra su faceta más tradicional. La prohibición de comer carne los viernes, así como el ayuno y la abstinencia, preceptos para los católicos, hace que las verduras, los guisos y los pescados se conviertan en los protagonistas de la cocina y dulces de intensa tradición histórica alcancen su culmen en estas fechas. Es el caso de las torrijas.
Este extraordinario postre, elaborado a base de pan, huevos, azúcar, aceite, miel y canela es, sin duda, el líder indiscutible de ventas en las pastelerías de cualquier rincón de la Península en esta temporada, haciendo las delicias de todos los miembros de la familia.
Origen divino
Se desconoce cuál es el momento exacto en el que las torrijas comienzan su andadura, sin embargo, se cree que datan de la Edad Media y, a partir de aquí, la receta se propaga con rapidez. Su cuna la encontramos en los conventos y era el remedio perfecto para aprovechar el pan sobrante. Poco tiempo después, se comenzaron a preparar en las casas.Al preguntar a Esteban Fernández, de la Asociación Empresarial de Pastelería Artesanal de la Comunidad de Madrid y perteneciente a la cuarta generación de una antigua estirpe de pasteleros, sobre el por qué de la estrecha vinculación entre las torrijas y la Semana Santa, nos relata una historia cargada de simbología.
"Las torrijas, al igual que la Semana Santa, representan la vida y muerte de Jesús. Según el rito católico, el pan es el cuerpo de Cristo, que muere en este tiempo, del mismo modo que la base de las torrijas es pan muerto. La leche, los huevos y la fritura -nos detalla- se entienden como los baños necesarios para que el cuerpo resucite y dicha fritura refleja el sufrimiento del Señor. Se produce la resurrección del pan muerto y de ahí la consideración de postre divino".
Para todos los públicos
"Son muchos los puntos de nuestra geografía en los que se consume este suculento dulce: Castilla y León, Asturias, Madrid, Andalucía o Extremadura", nos comenta Esperanza, propietaria de la histórica pastelería madrileña 'El Riojano'.Este establecimiento, de obligada visita para los amantes de los dulces, se fundó en 1855 y desde entonces, nos afirma, "el tirón de torrijas en estas fechas supera al resto del año, pero cada vez se está igualando más". De esta manera nos damos cuenta de que son muchos los que se niegan a renunciar a ellas en otros meses. Las personas que más las compran, nos asegura, "son de mediana edad, los niños se decantan más por otro tipo de productos".
Esteban Fernández calcula que cada temporada "se venden de cuatro y medio a cinco millones de torrijas durante las fiestas, 4 ó 5 piezas por cada madrileño". El precio oscila alrededor de los dos euros y Esteban aclara: "yo llevo ya haciéndolas desde mediados de febrero porque sino se me echa el tiempo encima".
Son muchos los factores que influyen en el precio, por ejemplo, el tipo de pan o el tamaño. "Las tengo de tres tipos: las mini, que sólo las elaboramos 3 ó 4 pasteleros de toda España, y se despachan por peso, a 22 €/Kg; las individuales, a 2,10€, la unidad, y las barras de pan de torrijas, para que cada uno las haga en su casa".
Hacer unas buenas torrijas
Unos ingredientes de calidad y una hora y media de tiempo -variable según el volumen que hagamos- es lo que necesitamos para que nuestro objetivo resulte satisfactorio.Os ofrecemos la receta tradicional:
Los ingredientes necesarios son: pan en rebanadas, azúcar, miel, canela, aceite, huevos y leche.
La elaboración: Se esponjan las rebanadas en la leche con el azúcar y la canela. Se rebozan y fríen. Tras escurrir, se pasan por miel previamente derretida; en doble cantidad de agua, a fuego lento.
Otra receta es la de las torrijas con leche: para ello, se cuece leche con azúcar, canela y limón y, luego, se empapan ligeramente en ella unas rebanadas de pan, largas y de medio dedo de gruesas, friéndolas, después de enhuevadas, hasta que estén bien doradas. Al sacarlas de la sartén, se colocan en una fuente con la leche sobrante, arreglada de azúcar y canela al paladar; se le puede agregar cáscara de limón o naranja rallada y se dejan así por espacio de una hora o más, para que se enfríen y crezcan.
Una variedad es sustituir la leche por vino, aunque es más habitual con leche. Se toman como postre o en el desayuno.
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Cómo hacer torrijas en casa paso a paso
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La confitería propia de esta época
Y es que aunque las torrijas se presenten como protagonistas, hay otras delicias propias de este momento:Las monas de pan o de huevo son propias de Madrid, Cataluña, Castilla, Levante. Es un bollo de levadura coronado por un huevo cocido.
Los hornazos son de pan: se elaboran más o menos igual que los 'bollos preñados'. En este caso, son salados. Suelen rellenarse de carne, chorizo o lomo y, aunque la carne estaba prohibida, los costaleros podían degustarlos, para no perder energías y realizar bien su labor.
Los huevos de Pascua son los preferidos de los más pequeños y "su origen deriva de la fiesta pagana o fiesta de la primavera. Como del huevo nacía otro animal era un alimento muy venerado, era el paso de la vida a la muerte", nos aclara Esteban Fernández. La costumbre de cubrirlos de chocolate tuvo lugar con las primeras exportaciones de cacao procedentes de las colonias americanas.