En este caso, vamos a aprovechar un poco de caldo de calabaza que me sobró después de haber hecho el Pumpkin Pie y pensando en qué hacer con ello, me dije, ¿para qué te vas a complicar la vida? haz un risotto y eso es lo que vamos a preparar.
Ingredientes para dos personas:
300 g arroz carnaroli
1,5 litros de caldo de calabaza
1 vasito de vermut blanco
1 cebolla
aceite de oliva virgen extra
1 nuez de mantequilla
orégano
comino
sal
pimienta
En cuanto al arroz, en mi familia siempre se ha medido de la siguiente manera, dos puñados por persona y otros dos para el que se presente de improvisto.
El vermut blanco se puede sustituir por vino blanco. Hay que tener en cuenta que el vermut le sumará dulzura a nuestro plato y la calabaza ya de por sí es dulce.
Preparación:
Ponemos el caldo en un cazo a fuego lento para calentarlo y que se mantenga caliente a la hora de añadirlo al arroz.
Ponemos una olla con aceite a fuego medio. A continuación pelamos y picamos la cebolla. Cuando el aceite esté caliente añadimos la cebolla y rehogamos hasta que quede transparente.
Las especies se tienen que echar en este momento para que liberen sus aromas.
A continuación añadimos el arroz y removemos para que absorba los jugos.
Vertemos el vermut o vino blanco y removemos.
Una vez el arroz haya absorbido el alcohol, le agregamos un cazo de caldo y no dejamos de remover hasta que lo consuma, momento en el que añadimos otro cazo de caldo. Repetiremos este proceso hasta que el arroz esté al dente y sin caldo, que es cuando apartaremos del fuego.
Añadimos la mantequilla y removemos hasta que se quede fundida y bien mezclada. Dejamos reposar unos minutos.
Presentación:
Servimos en un plato llano y espolvoreamos un poco de comino y de orégano. Culminamos el plato con unas hojas de albahaca.
El dulzor de la calabaza contrasta con la potencia del comino y el frescor del orégano, por lo que este sencillo plato se convierte en una exquisitez para nuestro paladar.
Bon appétit!!!