Esta es una de las recetas que os debía desde hace tiempo. Es un bizcocho bajito y muy jugoso, tipo coca, tremendamente sencillo de preparar y sin duda de los más ricos que probaréis. Es típico de Vélez-Málaga, donde nací, y cuando lo hago los olores y sabores de esta torta deliciosa siempre me traen a la cabeza recuerdos y personas importantes en mi vida y los momentos pasados alrededor de este dulce de origen antiquísimo. El aceite de oliva virgen extra, la matalahúva o matalahúga, esos granos de anís tan importantes en la cocina tradicional malagueña y andaluza le imprimen un carácter que a mí me huele a hogar, a Navidad, a tardes en familia. Ahora solo te queda probarlo. ¿Te animas?
Dos vasos de harina de repostería.
Un vaso de leche.
3/4 partes de un vaso de azúcar.
Un vaso de aceite de oliva virgen extra suave.
Una cucharada de matalahúva.
Un sobre de polvo de hornear (levadura tipo Royal).
Almendras crudas peladas enteras o laminadas (yo las prefiero enteras).
1º. En un bol, vamos a empezar mezclando bien con unas varillas la leche y el aceite de oliva virgen extra junto con el azúcar, la matalahúva y el polvo de hornear. Precalentamos el horno a 200º.
2º. Añadimos poco a poco a poco la harina y la integramos bien, hasta obtener una masa ligera y bien ligada, sin grumos.
3º. Forramos una bandeja amplia con papel de horno (hay quien usa la misma bandeja del horno para prepararlo) y vertemos la masa.
4º. Metemos la bandeja en el horno durante 10 minutos o hasta que vemos que el bizcocho empieza a subir un poco. En ese momento (y con cuidado de no quemarnos), abrimos y esparcimos encima las almendras y azúcar.
5º. Dejamos otros 10 minutos cocinándose, hasta que veamos que está dorada. Enfriamos sobre una rejilla y… ¡a disfrutar!
Como ves es un bizcocho muy fácil de hacer. Puedes prepararlo en Thermomix si quieres, mezclando todos los ingredientes a velocidad 4, y añadiendo los ingredientes en el orden señalado arriba. Cuidado con que no queden grumos.
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