Las albóndigas cocinadas con alcachofas frescas, a fuego lento y sin prisas.
Es recomendable hacer cantidad suficiente para que sobren. Es uno de los platos que mejoran en os dias posteriores.
INGREDIENTES
500 g. de carne picada (350 de ternera y 150 e cerdo)
Un huevo.
Tres cucharadas de pan rallado.
Dos cebollas.
Un tomate maduro.
Cuatro alcachofas.
Tomate frito.
Vino blanco.
Caldo de verduras.
Tomate frito.
Un limón.
Una cucharadita de orégano.
Una cucharadita de eneldo.
Canela.
Harina de trigo.
Aceite de Oliva Virgen Extra.
Sal y Pimienta.
ELABORACIÓN
Mezclamos en un bol la carne picada, los huevos, el pan rallado, una de las cebollas rallada, el orégano, el eneldo, media cucharadita de pimienta y media de sal. Lo amasamos todo bien con las manos hasta conseguir una mezcla homogénea. Pasamos el bol a la nevera al menos dos horas. Es preferible preparar la carne el día anterior para que macere mejor.
Una vez macerada la carne, preparamos bolas con las manos mojadas, para que no se peguen, del tamaño que nos parezca mejor. lo ideal, es que se puedan comer en dos bocados.
Extendemos la harina en un plato y vamos pasando por ella las albóndigas.
Calentamos aceite en una cazuela y vamos dorando las albóndigas girándolas para que se doren uniformemente. Reservamos.
Vaciamos de aceite la cazuela, dejando un poco, suficiente para pochar la otra cebolla picada. Cuando comience a dorar, añadimos el tomate picado y las alcachofas que previamente habremos limpiado y cortados en cuartos o en octavos, dependiendo del tamaño. Rehogamos todo bien.
Agregamos una taza de caldo de verdura, dos cucharadas de tomate frito, el zumo de medio limón, media cucharadita de canela y salpimentamos. Calentamos a fuego lento y rascamos con una cuchara de madera el fondo de la cazuela para integrar en el conjunto los restos de freír las albóndigas.
Cuando comience a hervir, vamos incorporando las albóndigas y el liquido que hayan soltado. Tapamos y cocinamos a fuego lento durante una hora.