La carne picada es tan versátil que se puede cocinar de mil maneras y siempre resulta sabrosa. Desde la simple hamburguesa, los filetes rusos, los rollos de carne, su uso como relleno de patatas o verduras hasta la pasta con boloñesa de carne, todas las preparaciones son riquísimas.
Eso si, las eternas albóndigas son un básico semanal de mi repertorio. Esta receta, que encontré en una revista en la peluquería, tiene de novedoso el relleno de queso mozzarella y su cocción al horno.
Así no resultan tan pesadas como las fritas ni hay que emplear tanto tiempo en su elaboración. Si os gusta el queso y el sabor de la albahaca os van a encantar y no echaréis de menos la salsa del guiso si las acompañáis con una salsa de tomate casera con sabor a cebolla y, de nuevo, albahaca.
Para 4 personas:
500 g de ternera picada (o mitad cerdo, mitad ternera)
2 rebanadas de pan de molde o 50 g de miga de pan
100 mL de leche
1 huevo
1 bola de mozarella
un ramillete de albahaca fresca
1 pizca de orégano
sal y pimienta
salsa de tomate casera elaborada con cebolla y albahaca picadaSe precalienta el horno a 175º con calor arriba y abajo.
Batir el huevo en un bol grande, añadir la carne, salpimentar y agregar la miga de pan remojada en leche y escurrida. Agregar la albahaca picada y el orégano.
Remover todo para que se mezcle bien.
Se corta la mozzarella en dados. Se forman bolas de carne con las manos, cogiendo u trocito de queso y envolviéndolo con las manos y dándoles forma.
Se colocan las bolitas en la bandeja del horno sobre papel sulfurizado, se riegan con una pizca de aceite de oliva y se hornean 10 minutos.
Se sirven recién sacadas del horno con la salsa de tomate caliente y se disfruta.
Nosotros descorchamos una botella de Lambrusco (vino espumoso italiano) para disfrutar de más sabores italianos.