Estoy perro total, así que directamente os coloco la página 217 del libro "Los arabismos del castellano en la baja edad media" de Felipe Maillo Salgado, explicando el origen del vocablo y me quedo tan pancho.
Ya puestos en antecedentes, vamos con la receta, bien sencilla y agradecida, que espero que la disfrutéis tanto como la disfrutamos en casa.
INGREDIENTES:
1 pechuga de pollo picada.
1 diente de ajo.
1 ramita de perejil.
1 huevo.
1 rebanada de pan de molde remojada en leche.
Harina para rebozar las albóndigas.
1/2 vaso de cerveza.
Salsa de tomate frito casero. Receta AQUÍ.
ELABORACIÓN:
En un bol, mezclamos el pollo picado con el huevo, el pan de molde, el ajo y el perejil picados y mezclamos hasta tener una pasta homogénea.
A continuación, vamos formando las albóndigas, las pasamos por harina y la vamos friendo hasta que estén doraditas.
Sacamos de la sartén y las vamos disponiendo en una cacerola con la salsa de tomate ya lista.
Llevamos a ebullición, echamos el medio vaso de cerveza y cocinamos destapado durante unos 10 minutos, removiendo constantemente para evitar que las albóndigas se peguen.