Damas y caballeros, les presento LA SEPIA.
Así en mayúsculas porque no era una sepia cualquiera, no. Era un señora sepia que, de tan grande, me costaba manipularla con las dos manos.
Ella fue la protagonista hace poco cuando, en un día de estos que no tenía nada mejor que hacer y no se muy bien por qué, se me antojó inventarme unas albóndigas de sepia. Nunca antes las había hecho. Tampoco miré ninguna receta para tomar ideas de cómo hacerlas. Simplemente me fui a la pescadería, la compré junto con otros aderezos y me lancé a prepararlas como mi intuición me susurraba cómo se deberían hacer. ¿Y sabéis qué? ¡Quedaron muy bien! De no ser así ya sabéis que hubieran ido a caer a la mazmorra de las recetas a olvidar.
Otra cosa os digo: compré una de las más grandes que había en la parada. A pesar de eso, para esta receta, sólo usé como una tercera parte más o menos. ¿Qué os quiero decir? Pues que no os flipéis como yo comprando un sepiote si vais a cocinar para 2 o 3 personas, que igual que se me da bastante bien inventarme las recetas, lo de calcular las cantidades y los pesos a ojo lo llevo muy mal.
Albóndigas de sepia
Para 15 albóndigas:
225 grs. de sepia cruda
60 grs. de colas de gamba
125 grs. de merluza
30 grs. de pan
leche
1 huevo
harina
sal y pimienta
Para la salsa:
1/2 cebolla
2 dientes de ajo
1 l. de caldo de pescado
1 cdta. de harina
50 grs. de almendras tostadas peladas
unas ramitas de perejil
AOVE
Remojamos el pan en leche. Podemos usar pan seco, siempre y cuando quede bien empapado en leche
Ponemos en el vaso de la trituradora la sepia, las colas de gamba, la merluza, el pan, el huevo, sal y pimienta. Lo picamos todo muy bien hasta que quede una masa homogénea. Le añadiremos la harina justa hasta que podamos hacer bolas con las manos y mantengan la forma. Enharinamos las albóndigas y las freímos en aceite caliente. Cuando estén doradas las retiramos del aceite y las ponemos en papel secante.
Calentamos una cucharadita de aceite en una cazuela y sofreímos la cebolla picada y los dientes de ajo a fuego medio con una cucharadita de harina. Cuando la harina tenga un color dorado, añadimos el caldo, el perejil y las almendras bien picadas. En seguida podemos incorporar las albóndigas y dejarlo cocer tapado durante 15 minutos a fuego medio, el tiempo justo para que las albóndigas queden impregnadas del caldo y más blandas. Si nos quedamos con poca salsa podemos añadir más agua o más caldo.
Ya tenía ganas de publicar esta receta, la verdad. Es una de aquellas que en relativamente poco tiempo te arregla una comida y quedas como un señor.
Y como siempre digo en los casos en los que hay salsa de por medio: ¡Comprad pan! En este caso sin escatimar u os arriesgáis a que pasen las lenguas por los platos
¡Hasta pronto!