Bueno como veis cada vez mas comparto con vosotros mis recetas del día-día. Cuando publique las Albóndigas de la huerta para nada esperaba que seria lo mas visitado diariamente de mi blog. No se si habré animado a alguno en probar de hacerlas pero desde luego me he animado yo misma para compartir con vosotros otro plato de albóndigas que suelo hacer en casa. Como ya os comente en otra publicación este verano estamos gozando de unas verduras excelentes de la huerta. No hay nada como saborear el producto natural de la tierra. Hoy tanto la carne como todas las verduras son caseras y esto hace que de unos ingredientes bien simples salga un plato exquisito. Bueno ahora ya si os dejo con los ingredientes que me lío.
Ingredientes:
1kg de carne picada
Dos pimientos verdes
Un pimiento rojo
Dos cebollas
Un kilo y medio de tomates maduros
6 dientes de ajo
Una taza de pan rallado
Leche
Harina
Sal, pimienta, perejil
Una buena pizca de azúcar
Un vaso de caldo de pollo/verduras
Un vaso de vino blanco (yo incluso le suelo poner algo mas)
Empezamos haciendo las albóndigas. En un bol mezclamos bien la carne picada salpimentada, tres dientes de ajo bien picaditos, el pan rallado y la leche. La leche la podéis añadir a ojo para que junto al pan rallado quede como una papilla. Amasamos todo bien con las manos y formamos bolitas del tamaño de una pelota de ping-pong. Para hacerlas mas fácilmente os podéis ir mojando las manos de vez en cuando. Enharinamos y freímos hasta que estén doradas por fuera pero sin dejar que se cuezan por completo. Reservamos a parte y empezamos con el sofrito.
Picamos bien los ajos, las cebollas y los pimientos (estos últimos en trocitos algo mas grandes). Ponemos a pochar en una cazuela con aceite a fuego medio/lento. Mientras pelamos y cortamos también los tomates en dados pequeños. Si no disponéis de tomates frescos antes de utilizar el tomate frito ya hecho es preferible usar los tomates pelados ya conservados. Cuando el sofrito este pochado añadimos el tomate y salamos a gusto, también seria el momento de añadir el azúcar. Dejamos cocer un poco el tomate siempre a fuego mas bien lento y añadimos el caldo y el vino blanco (yo esta vez recorrí a una pastilla de caldo concentrado sin huevo así que aumente la cantidad del vino para igualar la del caldo liquido). Incorporamos las albóndigas y si vemos poca cantidad de salsa algo mas de agua y dejamos a fuego lento una media hora larga hasta que estén hechas por completo. De estas cantidades os saldrán un montón de albóndigas. Tener varias cosas en cuenta - no remover mucho para no deshacer las albóndigas, utilizar una cazuela grande para que no se amontone todo (lo suyo es que quede todo plano formando una única capa) y dejar cocer a fuego lento. Si sois mas impacientes podéis hacerlas mas rápido pero ya sabéis que las cosas ricas en la cocina necesitan su tiempo. Si os gusta la berenjena la podéis añadir también junto al tomate, aquí en Cataluña seria algo como Albóndigas con samfaina o las Albóndigas con pisto que suele hacer mi suegra.