Las alcachofas son uno de mis vegetales favoritos. Me encanta su sabor, combinan con cualquier cosa, se pueden preparar de un monton de maneras diferentes, son fáciles de hacer y además tan saludables.
Picarlas a la mitad (a lo largo) y colocarlas en agua con un chorro de limón para que no se oscurezcan. En una olla colocar agua con un poco de sal y jugo de limón y ponerla a hervir. Una vez que esté hirviendo, añadir las mitades de alcachofa, tapar y cocinar hasta que esten bandas y al atravesarlas con un cuchillo finito, este no tenga resistencia.
Una vez blandas se retiran de la olla y se pasan a un bowl con agua helada por unos minutos. Se escurren y se procede con ayuda de una cucharita de postre a retirar la pelusa que tienen en la base o corazón. También se les deben retirar las hojitas mas internas que son de color morado.
Mientras se cuecen la alcachofas, se pican la cebolla y el ají dulce en juliana y se llevan a un sarten a fuego medio con la matequilla. Se saltean hasta que estén bien dormidos y brillantes. En ese momento se agrega el calabacín cortado en cuadritos y se condimenta con la sal, la pimienta y la nuez moscada. Se deja cocinar el calabacín por dos minutos y se procede a agragar agua potable hasta la mitad del sofrito. Se tapa y se deja cocinar por 10 minutos. Se le agregan unas hoja de albahaca o perejil y se deja un minuto mas. Se licua muy bien hasta obtener una crema muy sedosa.
En un sarten se colocan las mitades de alcachofas ya limpias y cocidas y se bañan con la crema de aji y calabacín. Se lleva todo junto al fuego por un par de minutos y se sirven con un poquito de perejil por encima.
Fuente: este post proviene de Mariana Martínez. Cocina y Casa, donde puedes consultar el contenido original.
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