A mediados del siglo XIX comenzaron a llegar los emigrantes procedentes de China a la ciudad portuaria peruana de Callao para trabajar en las plantaciones de algodón. Desde allí se extendieron a todo Perú y, como es lógico, introdujeron sus costumbres, cultura y comida.
El arroz chaufa es una de esas recetas que adaptaron y que ya son patrimonio de la cocina peruana. En general, se denomina cocina chifa a la procedente de esas comunidades chinas. El término es una degeneración del vocablo chino "comer arroz" que se dice Chï-mî-fàn.
Igual que en España se llaman "chinos" a los restaurantes de ese país, en Perú "chifa" es la denominación de esa cocina oriental. Realmente es una receta producto del mestizaje entre la cocina criolla peruana y la cocina china.
Para 4 personas:
300 g de arroz (el SOS que usamos en España nos vale)
1 pechuga de pollo
1 salchicha fresca (opcional)
4 huevos
4 cebollitas chinas o 2 cebolletas dulces
1/2 pimiento rojo
1 cucharadita de jengibre rallado
125 mL de salsa de soja
aceite de oliva o de girasol
cebollino Se prepara primero el arroz. Para ello, si se usa 1 taza y media de arroz, se pone el doble de esa cantidad de agua.
Yo pongo el arroz con una hoja de laurel y un diente de ajo entero, sin pelar, y le añado el agua. No se añade sal pues luego lleva la salsa de soja que le aporta el sabor salado.
Se lleva a ebullición y en ese momento se baja a fuego medio y se mantiene cociendo tapado unos 15 minutos. Conviene dejarlo un poco "durito" pues luego lo vamos a freír y en ese punto se termina de hacer.
A la vez se calienta un poco de aceite en una sartén y se hace una tortilla con los 4 huevos batidos. Se reserva.
Se saca un wok o sartén honda y grande y se pone el aceite con el pollo cortado en dados. También podéis hacer la receta de aprovechamiento (yo lo hago mucho) con una pechuga cocida que tengáis ya. En este caso la cortáis en dados y la añadís al wok.
Se espolvorea con el jengibre y se deja que se cocine el pollo. También podéis añadir en este paso la salchicha troceada. Se mantiene en el wok hasta que el pollo quede dorado. Se saca y se reserva.
Se añade un poco más de aceite -lo que sea necesario- y cuando esté caliente se incorporan las cebolletas y el medio pimiento rojo todo ello picado.
Se saltea en el wok hasta que esté cocinada, pero no muy hecha la verdura. Tiene que quedar un poco "crunchy".
Se agrega al wok el pollo reservado y el arroz ya cocido. Se remueve con una cuchara de madera o con una espátula. Se añade la salsa de soja (es como medio vaso) y se mezcla bien todo.
Se comprueba que esté bien el punto de sal. Por último se añade la tortilla troceada, se espolvorea con cebollino y se sirve.
En casa les encanta este plato y ya se ha convertido en un imprescindible.