Comer sin grasas es difícil, la verdad. Durante una buena temporada debo prescindir de todo lo que me gusta y adaptar mi alimentación a mi nueva situación. Estoy convencida de que entre los que me leéis muchos tenéis limitaciones de uno u otro tipo, celíacos, intolerantes al huevo, problemas de colesterol, etc. y por eso aunque en casa sigo cocinando para los demás los platos de siempre, de vez en cuando publicaré otro tipo de recetas con un mínimo de grasas porque creo que también serán útiles para los que estén en una situación parecida a la mía.
El arroz de hoy no lleva mantequilla ni nata (crema de leche) ni queso rallado (sólo un mínimo de aceite de oliva virgen extra) pero el método de cocción del arroz como si hiciéramos un rissotto añadiendo caldo según se vaya consumiendo, hace que el resultado sea un arroz meloso, sin grasas pero con todo el sabor, fácil de digerir, con sabores naturales y sin condimentos más que un poco de sal. Aunque fue mi plato único, a los demás les puse un par de huevos fritos (afortunados ellos) y quedaron encantados.
Recomiendo hacer el caldo de verduras en casa, con puerros, zanahorias, cebollas y verduras de temporada, pero si no es posible podemos echar mano de un caldo de brick o agua con una pastilla de caldo de verduras. Lo casero es siempre mejor, pero para unas prisas hay que apañarse con lo que se tenga a mano.
Esta es una receta vegana estrictamente y me da pie a contestar algunos comentarios en alguna receta vegetariana que he publicado recriminándome el uso de leche o queso aunque no es el caso de hoy. Hay vegetarianos de varios tipos: los ovo-lacto vegetarianos comen huevos y lácteos, los lacto-vegetarianos tan solo incorporan lácteos a su dieta vegetal , los vegetarianos estrictos solo comen vegetales y por último los veganos no toman nada de procedencia animal.
De esta manera los lacto-vegetarianos pueden terminar la receta con queso rallado y a los veganos les recomiendo alguna cucharadita de levadura nutricional.
Ingredientes (3 personas):
- 1 calabacín grande
- 1 zanahoria grande
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- 3 tacitas de arroz
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- caldo de verduras (el que necesite, pero aproximadamente 1,5 l)
- sal
Elaboración:
1. Preparamos las verduras que vamos a utilizar. Picamos el diente de ajo y la cebolla. Cortamos en bastoncitos la zanahoria y el calabacín (primero en rodajitas y luego en bastoncitos)
2. Empezamos sofriendo el ajo picado en una cazuela con el aceite de oliva. Antes de que coja color añadimos la cebolla y pochamos unos minutos.
3. Añadimos las zanahorias y el calabacín, sazonamos con sal y cubrimos con un poco de agua o de caldo de verduras dejándolo unos 10 minutos para que la verdura empiece a hacerse antes de echar el arroz.
4. Pasado ese tiempo incorporamos el arroz, y rehogamos unos minutos hasta que se consuma el líquido. A partir de ese momento vamos añadiendo el caldo poco a poco, esperando que se consuma antes de añadir otra vez y así sucesivamente hasta que el arroz esté en su punto. Se prueba de sal y se añade si es necesario.
¡No me digas que no tiene buena pinta!
¡¡Nos vemos la semana próxima!!
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