Las fiestas navideñas están al caer y las calles de Málaga, desde hace días están colapsadas, no cabe un alfiler, están engalanadas e inundadas de luces, adornos, villancicos y comercios cuyos escaparates así nos lo recuerdan.
El espíritu de la Navidad invita estos días a rodearse de la familia y amigos, a salir, a pasear, a comprar y a realizar copiosas comidas con todas aquellas personas que de una manera u otra están relacionadas con la vida de cada cual, ya sea por motivos personales o profesionales. Época en la que se desea, como debería de hacerse todos los días del año, paz, amor y felicidad.
Por tradición, por costumbre y en gran mayoría por creencia religiosa es en éste mes de Diciembre cuando los cristianos celebran el nacimiento de Jesucristo un 25 de Diciembre (aunque los especialistas, historiadores, estudiosos consideran que el auténtico nacimiento de Jesús, tuvo lugar entre los meses de Abril y Mayo).
Sinceramente, he de reconocer que conforme han ido creciendo mis hijos, haciéndose adultos y en gran medida han ido pasando los años, cada vez me cuesta más comprender y asimilar el sentido comercial y de “mercadotecnia” que la sociedad hace de una celebración meramente espiritual.
Compras compulsivas de regalos que igual no se necesitan; deseos de felicidad y amor cuando el resto del año se olvida la ofensa, el maltrato, la burla, el racismo, el menosprecio, el despotismo, la injusticia y la mentira, predominando en reuniones, comidas y cenas la hipocresía y sonrisas fingidas.
Y hoy, quienes leen ésta introducción en “Mi Cocina” podrán pensar: Toñi es un “Grinch”. Les aseguro que no, no lo soy. No soy como aquel personaje verde, peludo, ermitaño y gruñón creado por Theodor Seuss Geisel que odia la Navidad. En absoluto, al contrario la respeto y dentro de mis posibilidades las sigo, al igual que respeto y disfruto con las diferentes formas de pensar de los demás, sus religiones, sus costumbres, sus gustos, sus creencias e incluso celebrando como por ejemplo el Diwali hindú o el fin de año chino. ¡ Soy muy rara, lo reconozco!
Pero en éstas fechas me abruma toda la exagerada, a mi forma de ver, parafernalia navideña, echo de menos que los 365 días del año no se regalen canastas de paz, paquetes de perdón, jarrones de amor, botellas de fe, bolsas de caridad, tarros de esperanza, mucha sabiduría, sonrisas, amistad verdadera y sobre todo amor.
Y escribiendo, describiendo mis pensamientos de hoy, pienso: ¡¡ Anda, creo que sí, que es posible, igual es cierto: soy un Grinch !!
Máxime si estoy pensando en los platos propios de éstas fechas que se avecinan a pasos agigantados: La Navidad.
Y es que mientras lo preparo, no se me va de la cabeza que ésta receta, atún macerado en soja, sobre una crema de almendras y nata (crema de leche) con almendras fritas y eneldo, regadas con un magnifico aceite de oliva virgen extra, así presentada es ideal para la cena navideña ¿No creen?
El aceite de oliva virgen extra llegó a “Mi Cocina”, gracias a " La Matilla" que me lo regaló en la pasada #FiestaPOP2019 de Marbella All Stars que tuvo lugar hace unos días en Marbella.
Los olivares con los que se obtiene Aceites la Matilla están enclavados en el Sur de Andalucía en la campiña de Carmona, concretamente en un alcor. Estos alcores de Carmona han acogido cultivos agrícolas desde el Paleolítico. Numerosos restos arqueológicos de aquella época en la zona así lo demuestran. La variedad es arbequina, y el aceite de oliva virgen extra La Matilla es un producto totalmente artesano, recolectado a mano, al alba, prensado con capachos, en frio, las métodos ancestrales, ya eran usados por sus abuelos, una tradición olivarera de antaño. Un aceite con carácter y personalidad especiales, de un color verde esmeralda, frutado con aromas a manzana, plátano y tomate, entre otros sabores y olores. Un producto gastronómico de lujo, único y exclusivo presentado en una botella de gres porcelánico, uno de los mejores materiales para la conservación del aceite de oliva virgen extra. Éste aceite fue el toque especial para ésta receta, digna de una fecha especial.....
¿CÓMO LO HICE?
INGREDIENTES:
10 puntas de espárragos blancos (en conserva), 100 grms. de almendras (sin piel), 150 grms. de nata (crema de leche) ligera (especial para cocinar), una rebanada de pan (sin corteza, sólo la miga), una cucharada sopera de mayonesa, 6 granos de pimienta negra, sal, 150 grms. de atún fresco, medio vaso pequeño de salsa de soja, una ramita de eneldo fresco y aceite de oliva virgen extra.
LOS PASOS A SEGUIR:
Cortar el atún en taquitos pequeños. En un cuenco colocar el atún y cubrir con salsa de soja, de forma que todos los trozos queden bien cubiertos.
Mientras, en una cacerola pequeña con dos cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, freir unas quince almendras, con cuidado de que no se lleguen a quemar (amargarían) que sólo estén doradas. Sacarlas del aceite y dejarlas enfriar.
En un mortero machacar cuatro o cinco granos de pimienta negra junto con las almendras fritas, dejando cinco o seis almendras enteras para decorar.
En el vaso de la batidora echar el resto de las almendras, las puntas de espárragos escurridas, la nata (crema de leche), tres o cuatro granos de pimienta negra, el pan y salar al gusto. Batir a máxima potencia de forma que quede una crema lo más fina posible.
A la hora de servir, echar la crema en el plato,
escurrir bien el atún y colocar sobre la crema de almendras y espárragos, entre los trozos de atún poner las almendras enteras, espolvorear las almendras y la pimienta machacada.
Añadir las ramitas de eneldo y regar con aceite de oliva virgen extra.
¡¡ Buen provechoy disfruten de éstas fiestas, aunque sea como yo un poco Grinch !!
Fuente: este post proviene de Blog de Mi Cocina Carmen Rosa, donde puedes consultar el contenido original.
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