La receta consta de bacalao, patatas y una bechamel ligera que se enriquece con nata (crema de leche), es esta última la que aporta cremosidad al plato. Las patatas pueden cortarse en láminas finas, como para tortilla, o bien en tiras a modo de patatas paja (así nos las sirvieron en el restaurante), y el bacalao se puede desmigar o separar en lascas. Sea como fuere, el plato queda riquísimo (os lo digo yo que ya he probado las dos versiones) incluso para quienes no sinten especial devoción por este pescado.
INGREDIENTES:
(para dos personas)
600 gr de bacalao salado
3 o 4 patatas
1 cebolla
25 gr de mantequilla
25 gr de harina
300 ml de leche
200 ml de nata (crema de leche)
aceite de oliva
ELABORACIÓN:
1. Desalamos el bacalao en abundante agua fría entre 24 y 48 horas antes, dependiendo de su grosor.
2. Ponemos una cacerola con agua al fuego y cuando rompa a hervir cocemos el bacalao durante cinco minutos. Lo retiramos del agua de la cocción y dejamos que enfríe, entonces, lo limpiamos de piel y espinas para desmenuzar su carne en lascas.
3. En una satén calentamos dos o tres cucharadas de aceite y en ella rehogamos la cebolla debidamente picada. Cuando comience a estar transparente agregamos el bacalao y rehogamos también. Reservamos.
4. Pelamos las patatas y las cortamos en tiras muy finitas (patatas paja). A continuación, calentamos aceite en una satén y las freímos a fuego moderado, nos interesa que queden blandita, no crujientes.
5. Una vez que tengamos las patatas listas las mezclamos bien con el sofrito de bacalao y colocamos todo en una fuente apta para horno.
6. Ahora vamos a preparar la bechamel con nata (crema de leche). En una satén derretimos la mantequilla, añadimos la harina y le damos vueltas durante un minutos para que se tueste lo justo y pierda el sabor a crudo. Añadimos un poco de leche y a medida que la mezcla espese seguimos echando. Por último añadimos la nata (crema de leche) mezclándola bien y dejando que espese si fuese necesario. Para este plato lo ideal es que la bechamel sea ligera.
7. Cubrimos el revuelto de bacalao y patatas con la bechamel. Por último, gratinamos en el horno hasta que se dore un poco la parte de arriba.
¡Buen provecho!
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