Esta receta es de unos dulces que hacía la abuela de mi marido, ayer recordó que hace muchos años que no los comía, así que nos hemos puesto manos a la obra, hemos recuperado la receta y nos han salido geniales. Y lo bueno es la joya con las que las hemos hecho, las cañas que eran de mi abuela, pues ella también las hacía, aunque mi abuela era de un pueblecito de Cáceres, que se llama Calzadilla, y la abuela de mi marido de un pueblecito de Ciudad Real, que se llama Cabezarados. En fin, aunque la receta de una a otra varía en muy poquito, es lo mismo, y hoy hemos hecho la receta de la abuela de mi marido, pues tenía muchas ganas de comerlas de nuevo. Han quedado riquísimas.
INGREDIENTES:
- 1 vaso de vino blanco
- un vaso de aceite de oliva virgen extra
- un vaso de zumo de naranja natural
- harina la que admita, hasta que la masa se despega de las paredes del bol donde lo mezclamos y no se pega a las manos.
ELABORACION:
Calentamos el aceite de oliva, y cuando humea, lo apagamos y dejamos enfriar. Una vez frío, mezclamos el vino, el zumo de naranja, el aceite de oliva, y vamos echando harina, hasta que vemos que no se pega a las manos. Entonces ponemos a calentar aceite en una sartén, bastante aceite, pues debe cubrir los barquillos una vez los friamos. Nos pringamos un poquito las manos con aceite y el mármol también. Entonces cogemos una porción de masa pequeña, la extendemos con el rodillo y enrrollamos alrededor de las cañas, procurando que no haya demasiada masa, pues quedaría muy gruesa, extendemos bien con los dedos y que no tape los agujeros de los extremos, una vez caliente el aceite, vamos echando las cañas con la masa, freímos, vamos dándole vueltas con unas pinzas o espumadera, y cuando las vemos doraditas, las sacamos a una bandeja con papel de cocina para que no cojan tanto aceite, sacamos con cuidado las cañas y volvemos a hacer el mismo proceso. Después rebozamos los barquillos en azúcar y las vamos colocando en una bandeja. Salen bastantes.
Las cañas no deben lavarse, las limpiamos con papel de cocina y las guardamos hasta el próximo uso.
Si no os gusta el sabor del aceite de oliva, se puede usar de girasol.