Hoy os traigo una receta muy, muy fácil. Que además de gustarle a todo el mundo, es una manera saludable de comer algo dulce. Yo no soy muy amante de las comidas procesadas, así que cuántas más cosas podamos hacer en casa, mejor.
Este bizcocho es ideal para los desayunos y meriendas de pequeños y mayores. También nos sirve de base para hacer alguna tarta mas elaborada. Y lo mejor de todo, sólo nos quitará 10 minutos para prepararlo, el resto lo hará el horno solito.
Necesitaremos:
1 yogur (del que conservaremos el vasito para usarlo como medida)
3 huevos
1 medida (vasito de yogur) de aceite. El de girasol aporta menos sabor, pero el de oliva también queda genial.
2 medidas se azúcar.
3 medidas de harina.
1 sobrecito de levadura química en polvo.
1 cucharada de esencia de vainilla o azúcar avainillado.
Lo primero que vamos a hacer es precalentar el horno. Pondremos el calor por arriba y por abajo a 180°.
Y ahora…… A mezclar. Depende de la potencia de la batidora que usemos, podemos mezclado todo a la vez, o ir añadiendo los ingredientes uno por uno y batiendo.
Tenemos que conseguir una mezcla homogénea, sin grumos.
Ya lo tenemos! Sólo nos queda engrasar un molde (lo cubrimos de aceite ayudándonos de un pincel y después le ponemos un poquito de harina) para que no se nos pegue el bizcocho.
Pondremos la mezcla en el molde y al horno. Lo tendremos dentro durante 40-45 minutos y para comprobar que está listo lo pincharemos con un palillo de madera. Si el palillo sale limpio ya lo tendremos, si no, lo dejaremos 5 minutos más y volveremos a comprobar.
Lo dejamos enfriar y listo para comer!
Espero que os guste!