Si alguna vez habéis visitado Sevilla con un hispalense de toda la vida, sabréis que es muy típico realizar bromas con una parte de la ciudad llamada Sevilla Este. Pues bien, mi reseña gastronómica de hoy me lleva hasta este punto de la capital andaluza, para relataros mi experiencia foodie en uno de sus bares, más concretamente en la Bodeguita 20 Pa Cá.
Os preguntaréis a qué vienen tantas bromas con esta parte de la ciudad. Pues bien, la misma se encuentra bastante alejada del centro, se tarda bastante en llegar hasta allí en transporte público. No obstante, al estar alejado del núcleo urbano ha provocado que se convierta en una miniciudad propia. Es decir, cuenta con sus propios centros comerciales, su propia zona de marcha, etc. Para que os hagáis una idea del grado de “guasa” que se tiene con Sevilla Este, os dejo a continuación un artículo donde se resume todo a la perfección y que pertenece al ABC Sevilla.
La Bodeguita 20 Pa Cá la conocí gracias a mi novio, que es sevillano y que me comentó que había un bar bastante bueno en esta zona. La verdad, siempre que hemos ido a Sevilla Este, hemos acudido a otro restaurante más de tipo comida rápida que es muy famoso y luego nos íbamos a jugar al billar o a tomarnos algo. Sin embargo, en aquella ocasión decidimos cambiar y decantarnos por una comida más casera.
La Bodeguita es muy pequeña, como su propio nombre indica, pero tuvimos suerte y en cuanto entramos cogimos mesa. La mesas son muy rudimentarias, un barril y unos taburetes a modo de sillas, muy acorde con la estética de bodega. Entre sus paredes había un cartel colgado que ponía “Tenemos chicharrones de Cádiz”. Obviamente, yo, gaditana de pura cepa, no pude evitar pedir ese plato. Un error por mi parte, ya que como en mi Cai nada, ya que los chicharrones estaban condimentados con excesivo pimentón y almendras. La verdad, estaré demasiado habituada a los chicharrones del famoso Manteca (el mejor bar de chicharrones de Cádiz) o como me los pone mi hermana, pero aquello tenía poco de gaditano. No obstante, también tenían su punto bueno.
Luego pedimos un montadito de jamón york y queso. Hay una tendencia en Sevilla de aplastar los montaditos en la plancha y como que tienen su encanto. Me gustan así, pues son muy cómodo de comer y no acaban tostados, sino calentitos, en el punto correcto. También cayó una tapa de solomillo al whisky, que si lo recordáis, hice hace poco la receta.
Por último, nos decantamos por unas gambas al ajillo. Lo cierto es que las ganas de hincarlas el diente hicieron que nos quemásemos la lengua, pues estaban recién hechas. No esperaba un bol con tanta salsa para mojar, pero fue bien recibido por ambos, ya que somos muy soperos los dos y sobre todo, muy de mojar pan.
A continuación, os dejo mi valoración final, espero que os haya gustado esta nueva reseña y espero que comentéis vuestra opinión sobre ella.
Comida
Servicio
Presentación
Emplazamiento
Promedio
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