Pues resulta que me estoy aficionando a eso de preparar pan casero. Siempre he pensado que era algo prácticamente imposible de hacer en un horno normal como el que tenemos en casa, pero no. Con dedicación y sobre todo con muuucha paciencia, lo podemos conseguir. Estos BOLLITOS DE PAN, son ideales para preparar los bocadillos del desayuno de nuestros peques (y no tan peques ).
La receta es de Esbieta, de su canal de YouTube “Recetas de Esbieta”. Os invito a que le echéis un vistazo, tiene unas recetas buenísimas y están explicadas de una manera muy fácil de entender.
Os explicaré cómo preparar en dos días estos bollitos, pero si os véis apurados con los tiempos de levado, podéis prepararlos en tres días, como lo hice por mis historias de Instagram (podéis encontrar el paso a paso en mis historias destacadas de mi perfil AQUÍ ) . Para ello, la tarde del día de antes, prepararemos la esponja y la decocción. Con la esponja conseguiremos una mejor textura y un mejor sabor en nuestro pan. Y, en cambio, con la decocción conseguiremos que nos duren más tiempo. Al día siguiente, ya sólo nos quedará preparar la masa, respetar los tiempos de levado y hornearlos. No os asustéis, es más fácil de hacer de lo que parece . Para hacerlos, utilizaremos una harina de trigo con un 10,5-11,5% de proteínas. ¿Cómo podemos saber eso? Mirando la información nutricional del paquete de nuestra harina. Justo donde pone proteínas, tenemos que mirar la cantidad que tiene por cada 100g de harina. ¿Está dentro de los valores que necesitamos para preparar nuestros bollitos? ¡Esa es la que usaremos!
Os aconsejo que, si no os los vais a comer todos en un par de días, los metáis en una bolsa (una vez se hayan enfriado) y los llevéis al congelador. El día que los necesitéis, sólo tenéis que sacarlos y dejarlos descongelar. ¡Quedan igual de buenos!
Ahora sí que sí, ¡os dejo con los ingredientes!
INGREDIENTES:
PARA LA ESPONJA:
160g de harina de trigo (10,5-11,5% de proteínas)
105g de agua
3g de levadura fresca o 1g de la seca
PARA LA DECOCCIÓN:
50g de harina de trigo (10,5-11,5% de proteínas)
150g de agua hirviendo
PARA LA MASA:
290g de harina de trigo (10,5-11,5% de proteínas)
95g de agua
5g de levadura fresca o 1,6g de la seca
10g de sal
Esponja
Decocción
PREPARACIÓN:
Lo primero que haremos será preparar la esponja. Para ello, en un recipiente alto, disolvemos la levadura en el agua hasta deshacerla por completo. Seguidamente, añadimos la harina y removemos con una cuchara hasta incorporarla. Después, tapamos el recipiente y dejamos reposar entre 30-60 minutos a temperatura ambiente. No hace falta que doble su volumen, sólo que leve un poco. Pasado el tiempo, pinchamos nuestra masa con un tenedor, volvemos a cerrar nuestro recipiente y lo llevamos a la nevera durante 12-24h. No os aconsejo dejarlo más de 24h porque cogería un olor demasiado fuerte.
Ahora prepararemos la decocción. Para ello, ponemos en un bol la harina tamizada y le añadimos el agua hirviendo. Mezclamos hasta que no veamos restos de harina, tapamos y reservamos a temperatura ambiente.
Al día siguiente, ya tendremos la esponja bien fermentada y la decocción fría. Es hora de preparar la masa. Para ello, en un bol grande, empezaremos disolviendo la levadura en el agua. Seguidamente, añadimos la decocción y mezclamos hasta integrarla correctamente. Después, añadimos la harina tamizada y la sal. Seguimos mezclando, ya sea con una simple cuchara o con las manos, con lo que nos sea más fácil. Una vez tenemos todos los ingredientes bien integrados, es el turno de añadir la esponja. Amasamos un poco y tapamos el bol con papel film o con un trapo para dejar reposar nuestra masa unos 20 minutos. Una vez pasado el tiempo, amasamos hasta conseguir una masa lisa y brillante. Este paso lo podéis hacer a mano o a máquina. Tened en cuenta que es una masa un tanto pegajosa. Cuando la tengamos lista, la ponemos en un bol que habremos untado de aceite y hacemos unos pliegues estirando la masa del extremo de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, de derecha a izquierda y de izquierda a derecha. Le damos la vuelta a la masa y ya podremos dejarla reposar durante 1h30′ aproximadamente con el bol bien tapado (este paso lo podréis ver mejor en mi instagram).
Una vez nuestra masa haya doblado su volumen, ya podremos formar nuestros bollitos. Espolvoreamos la mesa de trabajo y volcamos la masa. La desgasificamos un poco y la pesamos. Dividimos la masa entre el número de bollitos que queramos hacer. Si queréis hacer 9, cada uno os pesará unos 90-94g aproximadamente. En mi caso hice 6 y pesaban unos 130g cada uno. Esto ya como vosotros queráis, la cuestión es que todos os deben pesar lo mismo para que, a la hora de hornearlos, tarden lo mismo en hacerse. Cuando tengamos todos los bollitos pesados, los iremos ‘boleando’. Para ello, los aplastamos un poco e iremos cogiendo los extremos y llevándolos al centro. Esto por todo alrededor. Vamos colocando nuestros bollos sobre la mesa enharinada y con el cierre para arriba. Después, los pincelamos con un poco de aceite de oliva y les damos la vuelta (cierre para abajo). Es muy importante que nuestra mesa de trabajo tenga siempre suficiente harina para que no se nos pegue la masa a ella. Tapamos los bollos con un trapo y dejamos que doblen su volumen (1h15′ aproximadamente).
Cuando queden unos 20 minutos para que acabe el levado, vamos precalentando el horno a 235° sólo por abajo. Además, introducimos una bandeja en el “suelo” del horno. Cuando nuestros bollos hayan doblado su volumen, los iremos colocando sobre la bandeja (donde habremos puesto papel de horno) con el cierre para arriba. Espolvoreamos un poco de harina por encima y ya estarán listos para hornear. Por otro lado, pondremos un vaso de agua a hervir y, justo cuando vayamos a meter el pan en el horno, la vertemos en la bandeja de abajo. De esta manera, crearemos vapor y nuestro pan tendrá una mejor corteza. Horneamos durante 10 minutos con calor sólo por abajo, después, 20 minutos más con calor arriba-abajo.
Y esta es la pinta que tienen nada más salir
Ahora sólo hay que tener fuerza de voluntad y esperar a que se enfríen para probarlos (yo no la tuve )
Admito que es una receta muy laboriosa, pero en el fondo no es nada difícil. Para los panarras como yo, veréis que merece la pena hacerla.
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¡Un besote!
Rocio