Desde que participo en este reto creo que es la vez que más justa de tiempo he andado para hacer la receta. A veces los astros se alinean para que todo salga mal y no te dé la vida para más, ni tan siquiera para cocinar.
Menos mal que a última hora he podido sacar un ratito y hacer este postre tan estupendo del blog fogones y melones que era el asaltado de este mes.
Entre tanta receta rica, no sabía cuál elegir, pero después de mucho buscar me decidí por este bundt cake de limón.
El que ha hecho mi compañera, lleva semillas de amapola, pero con tanto lío este mes, no me dio tiempo a comprarlas, así que las sustituí por semillas de chía.
Hice también algún cambio más porque no tenía yogur de limón y por supuesto también adapté la receta para que no tuviera gluten, lácteos ni azúcar.
Os dejo por aquí abajo los ingredientes de mi versión.
Ingredientes:
4 huevos talla L
200 gr. margarina
15 ml. edulcorante líquido
88,3 gr. harina de castaña
88,3 gr. harina de arroz
44,1 almidón de maíz
44,1 fécula de patata
2,65 gr. goma xantana
125 ml. yogur de soja
20 gr. zumo de limón
ralladura de 1 limón
1 pizca de sal
10 gr. impulsor químico o polvo de hornear
1 cda. semillas de chía *
Glaseado: 150 gr. eritritol y zumo de 1/2 limónElaboración:
Precalentamos el horno a 180º.
En un bol, batimos la margarina junto con el edulcorante hasta conseguir una mezcla homogénea, lisa y sin grumos.
Sin dejar de batir, vamos añadiendo los huevos uno a uno. Los huevos tienen que estar al igual que la margarina a temperatura ambiente, sino al echarlos en la mezcla, la margarina parecerá que tiene un aspecto como cortado.
En un bol, echamos el zumo de limón junto con la ralladura y el yogur.
En otro recipiente, ponemos las harinas y almidones, la goma xantana, la levadura y la sal.
En el recipiente donde tenemos la margarina, vertemos la mitad del yogur, la ralladura y el zumo de limón y la mitad de las harinas. Batimos a velocidad baja y cuando esté todo integrado, repetimos la misma operación hasta terminar el contenido de ambos recipientes.
Por último, echamos las semillas de chía y las incorporamos a la masa con movimientos envolventes.
Ahora engrasamos y enharinamos un molde de bundt cake y vertemos la masa dentro. Damos un par de golpecitos para quitar las burbujas de aire que nos hayan podido salir y metemos al horno durante 45 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo, éste salga seco.
A los 15 minutos de horneado, os recomiendo tapar la superficie con un papel vegetal o de aluminio para que no se os queme.
Cuando esté hecho, lo sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla durante unos minutos sin desmoldar.
Mientras, trituramos con ayuda de un molinillo el eritritol para que quede una textura en polvo y lo mezclamos en un recipiente con el zumo de limón para conseguir nuestro glaseado. Tiene que quedar sin grumos y con una textura semilíquida.
Ya sólo nos queda desmoldar el bizcocho, echar sobre él el glaseado y unas virutas de ralladura de limón y dejar que enfríe por completo y que solidifique la glasa.
* Las semillas de chía, tienen efecto gelificante, así que para que no me quedara una masa con una textura gomosa, puse huevos L (en vez de M como en la receta original) para que quedara una masa más líquida y que así las semillas de chía absorbieran el líquido de ahí y no del resto de ingredientes líquidos evitando así que el bizcocho quedara gelatinoso.
On egin.