Aunque las torrijas tienen origen romano, donde se bañaban con vinagre y con ingredientes salados como queso o pollo, en nuestro país se introdujo como alimento dulce para mujeres parturientas como expliqué en uno de los posts dedicados a este postre. Fue derivando como tradicional de esta época al ser un alimento calórico ideal para la cuaresma. Si partimos de esta base, esta idea llegó a México y ha ido tomando una forma genuina que os voy a ir explicando a continuación.
La capirotada mexicana, toma el nombre de capirote en referencia a los capirotes o gorros puntiagudos que llevan los penitentes o nazarenos que procesionan. Se hace un homenaje a la Semana Santa, con este postre lleno de simbolismo. Cada elemento tiene un significado. Bien es así que el pan representa el cuerpo de cristo, el almíbar de panela la sangre. La canela hace referencia a la madera de la cruz y los clavos de olor a los mismos clavos de sufrimiento o la corona de espinas. El queso hace alusión a la sábana santa y las pasas a las lágrimas derramadas. Las bolitas de colores representan la alegría de la resurrección.
Destacan mucho los estados de Jalisco y Nuevo León que lo elaboran durante los meses de marzo y abril aunque es un postre muy antiguo no se sabe a ciencia cierta dónde fue el origen. Hay muchas versiones y se dice que no hay capirotada igual ya que cada casa lo elabora de una forma. La base es la misma, el pan tostado con el almíbar o jarabe de panela o piloncillo, como se conoce allí este tipo de azúcar.
Es una receta de aprovechamiento y de contrastes, en la que sirve el pan duro y los ingredientes que tengamos en casa, contribuyendo a los valores de no desperdiciar alimentos. Hay quienes añaden cacahuetes, almendras o nueces pecanas que contrastan con el toque salado del queso. Todo acompañamiento sirve en esta receta calórica para tomar fuerzas en estos días de ajetreo.
Me ha resultado muy grato inspirarme en esta receta a través de un reto de recetas mexicanas recordando la figura de Frida Kahlo. Una mujer magnánima, cuyas pinturas de estilo único y autobiográfico, reflejaban diferentes pasajes de su vida y sus sentimientos. Siempre con emblemas de su México lindo y querido presentes en su obra de coloridas pinceladas aunque representaran una tragedia. De espíritu fuerte, no conoció nunca el significado de la palabra rendirse y se ha convertido en una de las personalidades más reconocidas de México. Me uno al lema "Viva la Vida" de su última obra plasmado sobre una sandía, en la que disfrutemos cada día al máximo llenándolo de color y alegría. Termino de ponerme unas flores en el pelo y os explico la receta de este postre tradicional que seguramente Frida probaría y que os va a gustar tanto como a mí.
¡Pasamos a la cocina!
Ingredientes:
- 1 barra de pan mediana
- pasas
- nueces
- queso fresco o mozzarella
- bolitas de azúcar de colores
Para el almíbar de panela:
- 400 grs. azúcar panela
- 400 ml. agua
- 1 rama canela
- 5 clavos de olor
- peladura de naranja
Preparación: En primer lugar cortamos el pan en rodajas de un par de centímetros. Lo dejamos de un día para otro en un recipiente para que endurezca.
Continuamos con el almíbar de panela. Vertemos el azúcar panela en un cazo junto al agua, la peladura de la naranja y las especias. Ponemos a fuego medio hasta que se disuelva el azúcar. Una vez que hierva, lo dejamos a fuego lento para que continúe hirviendo hasta que espese. Vamos comprobando de vez en cuando en un plato hasta que tenga la consistencia deseada. Reservamos.
Tostamos el pan en una bandeja de horno engrasada con un poco de mantequilla o aceite a 170 grados unos minutos. Damos la vuelta antes que se doren demasiado.
Retiramos y dejamos enfriar en rejilla. Ahora toca el montaje del postre. Vamos bañando el pan en el almíbar y colocando en bandeja o recipiente de barro. Cuando tengamos una capa, añadimos nueces picadas, pasas y queso. Repetimos lo mismo con la siguiente capa. Llevamos al horno unos 15 minutos a 170 grados.
El pan se podrá blandito al concentrar el almíbar e integrando todos los ingredientes. Dejamos enfriar en rejilla. Consumimos tibio o frío. Lo que sobre podemos conservarlo en la nevera.
¿Y tú? ¿Conocías este postre? Cuando la publiqué el otro día fueron muchas las personas que no lo conocían. En mi caso lo leí hace tiempo en el blog de Silvia. Una blogger mexicana a través de quien estoy conociendo muchos platillos y tradiciones mexicanas que tanto me gustan. Me pareció muy curiosa la adaptación de este postre con respecto al nuestro y quise hacer mi versión para sentirme un poco más cerca de la cultura mexicana que tanto admiro.
Disfrutemos de estos días de vacaciones quien pueda tenerlas y degustemos nuestros postres de Semana Santa, como los buñuelos o las torrijas, que nos han acompañado siempre y, si os atrevéis con la capirotada, escribidme y me contáis que tal la experiencia.
Nos vemos muy pronto con más recetas. ¡Feliz semana!
Maribel García