Es como si el tiempo se precipitara este mes con unas ganas (in)contenidas de poner fin al año.
Habitualmente Diciembre es sinónimo de preparativos, celebraciones, listas interminables de cosas por hacer y comprar, sentimientos encontrados, ganas de que las fiestas lleguen (y pasen), reuniones, reencuentros (y desencuentros)
Y aunque tenemos viviendo el que probablemente sea el año más extraño de nuestras existencias no por ello este mes deja de estar lleno de ajetreos aunque no sean exactamente los mismos que navidades pasadas.
Sea como sea nuestra navidad de 2020 lo que está claro es que va a llegar y va a pasar como siempre ha ocurrido.
Seamos cuatro o veinte a la mesa algo habrá que preparar y la blogosfera lleva días que bulle de buenas ideas y yo también quiero aportar mi granito de arena.
¿Buscando ideas para el postre? Esta tarta es para ti.
Y te estarás preguntando ¿cuántas horas necesito para prepararla? ¿cuantos aparatejos de cocina tengo que comprar? ¿cuántos cacharros tengo que fregar cuando termine?
Sorprendentemente se tarda poco tiempo, se ensucian dos cacharros mal contados y con una batidora de mano que traiga el accesorio para montar es más que suficiente.
Sé que a simple vista esta tarta puede parecer complicada y con muchos pasos, pero os aseguro que si yo fui capaz de hacerla con las dos niñas tiradas en el suelo de la cocina y enredando vosotros en casa la hacéis también.
Dice más a mi favor que la hice la navidad pasada, cuando Elena aún no había cumplido siquiera un año y no hacía más que gatear.
Sabéis que soy la primera que huye de los postres con muchas elaboraciones y que requieren de mucha maña, mucho tiempo y mucha dedicación. Y si hay que esperar entre un paso y otro apaga y vámonos porque nunca sé cuándo tendré otro rato libre.
El paso a paso parece largo pero os aseguro que una vez tenéis los bizcochos puestos alrededor y hecha la base en menos de 15 minutos está acabada la charlota porque la crema se hace en un plis y luego es sólo hacer capas y darle su tiempo de reposo.
Es un postre resultón, de esos que parece que te han robado horas y sueños para llevarlo a la mesa y en realidad con media hora o cuarenta minutos de dedicación está listo para meter en el frigorífico.
En casa tuvo muchísimo éxito. Según mi marido era la mejor tarta que había hecho hasta el momento. Que dice mucho. Y también muy poco porque tiene memoria de pez, pero yo que conozco mejor mis postres os digo que está en el TOP 10.
Y que pueda, y deba, prepararse con antelación es siempre un pro. Porque aunque estas sean probablemente las Navidades más extrañas que vayamos a vivir en nuestras vidas y no debamos ir de reunión en reunión ni que estas sean numerosas ocasiones para lucirte con esta tarta no van a faltarte.
Afortunadamente la pandemia pasará y antes o después nuestras vidas tomarán una rutina similar a la que teníamos antes de ella y retomaremos contacto social y reuniones.
Pero aunque este año seamos poquitos a la mesa un postre siempre se agradece. Y mirando el lado bueno, si somos menos seguramente mediremos más lo que compramos, nos atiborraremos menos y llegaremos con un hueco más grande para el postre.
Al menos yo, de un tiempo a esta parte, siempre tengo un hueco reservado para el momento dulce, que los pequeños caprichos son los que ponen alegría a nuestra existencia.
Y siendo sinceros ¿seríais capaces de decir que no a un trozo de esta charlota?
La textura es muy cremosa, los bizcochos quedan tiernos pero sin llegar a deshacerse, el sabor del turrón y el café son sutiles y quedan perfectamente equilibrados, no es un postre dulzón ni empalagoso, tampoco es pesado (lo que tiene bastante peligro porque invita a seguir comiendo)
¡Toda una tentación!
Y un enorme peligro porque ligero no es precisamente el postre.
Los bizcochos que lleva los compramos en LIDL y el paquete me vino prácticamente justo, cosa que agradezco para que no se queden restos rodando por los armarios. También hay en DIA y Mercadona y supongo que en cualquier otra grande superficie al estilo Carrefour o Alcampo.
Cuando hice mi primera charlota mi mayor miedo era que al quitar el aro del molde los bizcochos que la rodean empezaran a caerse.
Tranquilos que no pasa, se quedan fijados con el relleno del interior.
Eso no quita que al retirar el aro esta vez volviera a sentir los nervios de la primera ocasión, pero ya véis que el resultado es perfecto.
He usado un molde de unos 20 centímetros de diámetro y el relleno ha sido el justo para tres capas de crema y hay una base y dos capas intermedias de bizcochos.
Os lo cuento para que os hagáis una idea.
Si sobra relleno podéis servirlo en vasitos individuales, sólo la crema, que está espectacular ella solita.
Espero que estas fiestas os animéis con postres ricos y bonitos, y sin son sencillos como este ¡mejor que mejor! Que seamos pocos no quiere decir que no necesitemos cosas bonitas en nuestras mesas y en nuestras vidas, ya sea en navidad o en cualquier momento del año, que este postre no tiene fecha en el calendario.
Como es costumbre en mi cocina os invito a un buen trozo mientras os cuento el paso a paso.
Repito que parece más complicado de lo que en realidad es cuando lo ves escrito y lo lees, pero os aseguro que en poco más de media hora está listo.
¿Alguien se apunta a un buen trozo?
Ingredientes:
* Bizcochos de huevo (yo he necesitado 45 pero la cantidad depende del tamaño del molde)
* 500 gramos de queso mascarpone
* 400 gramos de nata (crema de leche) para montar
* 130 gramos de azúcar glas
* 1 tableta de turrón de Jijona (la mía de 250 gramos)
* 100 ml de leche
* 10 hojas de gelatina neutra
* 50 gramos de caramelo líquido
* 2 vasos de café (yo hice 6 cafés largos de la Nespresso)
* Cacao en polvo
Elaboración:
1. Comenzamos preparando el café y dejamos que enfríe por completo antes de comenzar a preparar nuestra charlota.
2. En la jarra de la batidora (o en nuestro robot de cocina) ponemos el turrón junto con la leche y el caramelo líquido y batimos hasta obtener una crema lisa (un poco espesa) y sin trocitos. Reservamos.
3. Ponemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fría
4. Una vez frío el café lo ponemos en un bol donde quepan los bizcochos.
5. Comenzamos preparando los bizcochos de alrededor, para ello cortamos la base (que suele ser redondeada) para que apoyen bien. Mojamos estos bizcochos sólo por el lado plano (el que no tiene azúcar) que es el que va a quedar hacia adentro. Yo los pongo en el café, cuento hasta tres, los saco y los voy poniendo en el molde (que por descontado tiene que ser desmoldable)
Por lo general se van manteniendo de pie sin problemas, pero si se caen podéis ir poniendo algunos bizcochos en la base.
Los bizcochos para la base (y para las capas) los mojo en el café por ambas caras.
Una vez tengamos todos los bizcochos del contorno cubrimos toda la base del molde con una capa de bizcochos. Es importante que no queden huecos, para ello podéis ir usando los recortes que tenemos de los bizcochos de fuera.
6. Terminada la base y el alrededor de la charlota preparamos el relleno. En un bol amplio ponemos el queso mascarpone, junto con el azúcar y la nata (crema de leche), mezclamos con ayuda de una espátula hasta obtener una mezcla cremosa.
7. A continuación batimos con una batidora de varillas hasta montar.
8. Añadimos la crema de turrón y leche que teníamos reservada y vamos incorporando con ayuda de una espátula con movimientos envolventes.
9. Escurrimos las hojas de gelatina, las ponemos en un bol y añadimos 3 cucharadas soperas del café que tenemos reservado. Las ponemos en el microondas y calentamos unos segundos hasta que estén deshechas.
10. Sacamos, removemos bien y las vamos incorporando en hilo al bol donde tenemos la mezcla de queso y turrón a la vez que batimos para que se integre bien. Podemos batir directamente con la batidora mientras incorporamos la gelatina. Yo iba batiendo a mano y una vez la había incorporado le di un minuto con la batidora de varillas eléctrica.
11. Ahora es el momento de montar la charlota. Vertemos un tercio de la masa sobre la base y la cubrimos con una nueva capa de bizcochos que mojamos por ambos lados en café.
Vertemos la mitad de lo que nos queda, hacemos otra capa de bizcochos y vertemos el resto de la mezcla. Alisamos la superficie con una espátula, cubrimos con film transparente ¡y a la nevera!
12. Cuando vayamos a servir la sacamos, retiramos el film (la crema no se queda pegada aunque el film esté en contacto) quitamos el aro del molde, y espolvoreamos con cacao en polvo.
Lo ideal es prepararla de un día para otro. Como todas las tartas que llevan queso va ganando en textura y en sabor con el paso de los días.
Vuelvo a insistir en que aunque parezca un paso a paso eterno una vez todos los ingredientes están listos se tarda muy poco en tener hecha la charlota.
Cosa diferente es que los bizcochos se rebelen y se caigan, no tengo grandes trucos para este tipo de rebeliones más allá de hacer el corte de la base lo más recto posible y colocar los bizcohos de la base lo primero para que sujeten los de alrededor.
Y si un bizcocho se empeña en caer, usa otro y déjalo para las capas intermedias, es lo mejor para tus nervios y tu paciencia.
Pero cuando acabas y ves este resultado te aseguro que todo habrá merecido la pena, y cuando lo pruebas... ahí se te olvida todo.
El puente lo hemos pasado en casa, como la mayoría de los españoles. Cuatro días de lluvia, nieve, frío y viento no invitan a salir a la calle precisamente.
El martes por la tarde montamos el árbol. Menudo caos con dos niñas enredando. Parecía que hubiera diez. Pero ellas lo pasaron genial.
Ahora están todo el rato a tirones con los adornos, que he de decir que los han puesto todos ellas menos las luces que las coloqué yo.
A estas alturas me resigno y que dure lo que tenga que durar, árbol y adornos, que nada en esta vida es eterno.
Sigo liadísima con el trabajo. La AEAT no para de hacer inspecciones y esta que escribe no da abasto a preparar documentación. Menudo colofón al 2020.
Gracias por seguir ahí una semana más ¡Nos leemos el próximo jueves!
Manos a la masa y ¡bon áppetit!
Fuente: este post proviene de Los dulces secretos de Cuca, donde puedes consultar el contenido original.
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