Hay épocas del año de gran diversidad y disponibilidad de productos frescos de temporada, luego, durante unos cuantos meses, muchos de esos productos ya no están disponibles, o, si lo están, han salido de cámaras de conservación o de invernaderos en los que se fuerza el cultivo de las plantas para conseguir que fructifiquen en épocas en las que, de manera natural, no es posible su cultivo. Por tanto, es importante saber aprovechar esos meses de súper abundancia para hacer acopio de diversos productos para así disfrutarlos el resto del año. La conservación a medio-largo plazo pasa por métodos como la congelación, la deshidratación o la preparación de conservas en botes de cristal que aguantarán varios años en buenas condiciones. Hoy, en Cocina Casera, os vamos a explicar cómo esterilizar botes de conserva para poder guardarlos y que se mantengan en buen estado durante largas temporadas. En nuestra página podéis encontrar otras técnicas de conservación que permiten alargar la vida de los alimentos, como es el caso de la técnica del escabeche.
Gracias a la técnica que os vamos a explicar, podréis preparar en casa todo tipo de conservas. Ya que, una vez que hemos preparado el alimento a conservar, lo importante del proceso es que llevemos a cabo la esterilización del bote, tanto antes como después de introducir los alimentos. Pasos para llevar a cabo la esterilización
En primer lugar es importante que quede claro que para guardar nuestras conservas necesitamos botes de cerámica o de cristal. Por su precio y resistencia es preferible que sean de cristal. Deben ser botes de boca ancha, para que nos resulte más fácil rellenarlos y extraer luego el alimento cuando queramos consumirlo.
Una vez que hemos elegido los recipientes, debemos limpiarlos a conciencia. Si son reutilizados, nos esmeraremos aún más para eliminar cualquier resto del alimento que teníamos en el bote. Limpiamos también las tapas.
Tras limpiar los botes y las tapas, ponemos abundante agua en una olla. Lo ideal es meter en el fondo de la olla un trozo de malla metálica para evitar que los botes entren en contacto con el culo de ésta, ya que al hacerlo se pueden romper. La podéis hacer fácilmente comprando un trozo en una ferretería. Si no podéis poner un trozo de malla metálica, os recomendamos que pongáis en su lugar un trapo que amortigüe los posibles golpes que durante la cocción pueden sufrir los botes.
Metemos los botes y las tapas en la olla y llevamos el agua a ebullición. Cuando rompa a hervir, contamos 15 minutos. Pasado el tiempo, sacamos botes y tapas.
Rellenamos los botes con el alimento hasta el borde, con cuidado de que no queden bolsas de aire en el interior. Cerramos los botes con las tapas.
Volvemos a meter los botes en el agua, que debe cubrirlos por completo. Llevamos el agua a ebullición y, cuando rompa a hervir, mantenemos el hervor durante 20 minutos.
Pasados los 20 minutos, sacamos los botes del agua y los ponemos boca abajo sobre una superficie resistente al calor.
Mantendremos los botes boca abajo hasta el día siguiente, o durante un mínimo de 8 horas, de este modo se crea el vacío dentro del recipiente, consiguiendo así que los alimentos se conserven durante largos periodos de tiempo.
Una vez que los botes se han enfriado, es importante etiquetarlos con la fecha de elaboración. Hecho esto, ya podemos guardarlos en un lugar fresco, y alejado de la luz solar directa.
Os animamos a que probéis a elaborar diversos tipos de conservas; mermeladas, compotas, confituras, chutneys, frutas en almíbar, frutas en licor, encurtidos, etc. De este modo, tendréis a vuestra disposición, durante todo el año, una gran variedad de alimentos.
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