La harina de almendra es muy recomendable para cualquier tipo de dieta por su alto valor nutricional, especialmente para dietas vegetarianas y veganas. También es muy utilizada en la cada vez más popular dieta keto, caracterizada por ser alta en proteínas y baja en carbohidratos. Además, al carecer de gluten, es un ingrediente muy adecuado para el consumo de personas diabéticas y celíacas.
A continuación vamos a mostrarte las propiedades y uso en la cocina de la harina de almendras, además de la forma en que puedes prepararla en tu propia casa de un modo fácil y rápido.
Propiedades de la harina de almendra
La característica más relevante a nivel nutricional de la harina de almendra es su riqueza en proteínas y su bajo contenido en carbohidratos (ya sabes lo que significa esto: es perfecta para adelgazar). Los valores aproximados de 100 gramos de harina de almendras son los siguientes:Calorías: 633 kcal.
Proteínas: 27 gramos.
Hidratos de carbono: 5 gramos.
Grasa: 56 gramos.
Los beneficios de utilizar harina de almendras en la elaboración de alimentos son muchos. Te mostramos algunos de los más relevantes:
Reduce el colesterol y previene la aparición de enfermedades cardiovasculares: esto se debe a que este tipo de harina es una importante fuente de grasas monoinsaturadas que aumentan el HDL (el colesterol bueno) y disminuyen el LDL (el colesterol malo).
Mantiene la presión arterial en niveles adecuados: debido a su alto contenido en magnesio. Esto reduce sensiblemente el riesgo de padecer derrames cerebrales o enfermedades del corazón.
Reduce el azúcar en sangre y controla la diabetes de tipo 2: gracias a su bajo contenido en hidratos de carbono y a la fuerte presencia de fibra y proteínas.
Posee propiedades antioxidantes: debido a su contenido en vitamina E, la harina de almendras absorbe los nocivos radicales libres disminuyendo el riesgo de padecer problemas vasculares.
Contribuye a controlar el peso: como te hemos inicado, esta harina es muy rica en fibra y proteínas, lo que se traduce en un fortalecimiento de los músculos y en una pérdida de grasa, especialmente en la zona abdominal (la más complicada de erradicar, como todos sabemos).
Cómo hacer harina de almendra casera
Pocas cosas son más sencillas que elaborar harina de almendra en casa. Como ingrediente solo necesitarás almendras. En cuanto a la logística, tampoco supone ningún problema; te bastará con un procesador de alimentos o una batidora potente (los molinillos de cereales o de café no sirven para preparar esta harina).Lo único que tienes que vigilar es que la harina de almendras no acabe convirtiéndose en mantequilla de almendras. Para ello, es importante triturar por periodos de 10 segundos para vigilar de cerca todo el proceso. Estas pausas te servirán también para limpiar con una paleta los bordes del procesador o vaso de batir, asegurándote de moler las almendras de manera uniforme.
Si quieres hacer una harina de almendra más seca y menos pastosa, dora las almendras al horno o en la sartén. No se trata de tostarlas, sino de dorarlas ligeramente.
La harina de almendras obtenida te servirá para miles de preparaciones y recetas. No obstante, si lo que quieres es hacer una harina de almendras súper fina, como la que se emplea para hacer macarons franceses, deberás tamizarla varias veces con la ayuda de un colador de malla fina o media.
También puedes hacer tu propia harina reutilizando la pulpa de almendras que te sobre al hacer tu propia bebida de almendras casera (puedes ver lo fácil que resulta elaborarla en nuestro especial leches vegetales), para ello:
Precalienta el horno a 85ºC.
Coloca un papel de horno en la bandeja de hornear.
Transfiere la pulpa de almendras (lo más exprimida posible) a la bandeja.
Desmenuza la pulpa con los dedos hasta que quede uniforme sobre la superficie.
Hornea de 2 horas y media a 3 horas, mezclando y rompiendo los trozos de pulpa secos cada 30 minutos aproximadamente.
Pasa la pulpa seca por un procesador o trituradora hasta formar una harina fina.
Tipos de almendras que puedes usar para hacer tu propia harina de almendras
Las almendras que utilices pueden ser con piel o sin piel, tostadas o sin tostar. También puedes emplear almendras laminadas o troceadas. Eso sí, utiliza siempre almendras sin sal ni aditivos añadidos. En el paso a paso que podrás ver más abajo observarás que nuestra elección es preparar la harina con almendras crudas peladas (te enseñamos cómo quitarles la piel) y tostadas.Pero no nos precipitemos, antes vamos a indicarte los muchos e interesantes usos que le puedes dar a la harina de almendras en tu cocina.
Usos de la harina de almendra
La repostería ha sido, tradicionalmente, el palo culinario en el que más uso ha tenido la harina de almendras (bizcochos, tartas, rosquillas, magdalenas, polvorones…) pero, ni mucho menos el único.Cocinar con harina de almendras enriquece cualquier tipo de puré, crema o sopa que te propongas elaborar, por no hablar del toque mágico que le da a recetas como el pollo a la naranja o el paté de champiñones. Además, resulta un imprescindible para enriquecer cualquier desayuno keto.
Te recomendamos que pruebes a hacer estas recetas con harina de almendra:
Tarta rellena de dulce de leche
Polvorones caseros
Pan de coliflor
Pan cetogénico express