Me encantan los libros de la serie Outlander de Diana Gabaldon. Además, ahora que están haciendo la serie se ha hecho todavía más conocida y popular. Gracias a un blog que sigo sobre Outlander he descubierto el libro Outlander Kitchen, que contiene multitud de recetas inspiradas en algunas de las escenas de los libros. La receta que yo he preparado la podéis leer aquí (web oficial del libro) y son unas deliciosas galletas de jengibre
Tal como indica la autora, la receta se puede reducir o aumentar con facilidad según el número de galletas que queramos obtener. Las cantidades que os voy a indicar son justo la mitad de la receta original y me han salido 12 hermosas galletas.
Me ha gustado mucho el resultado. Casi siempre he preparado galletas crujientes y con masa bastante dura, así que estas galletas han sido una novedad muy agradable. Son galletas suaves y blanditas, aunque con un toque crujiente en el exterior gracias a la envoltura de azúcar blanco granulado. Por otro lado, el jengibre, azúcar moreno y la sal gruesa me ha resultado una combinación estupenda; en la cantidad justa para dar sabor pero sin saturar el paladar, y las mijitas de sal que a veces te encuentras en un bocado aporta un contraste diferente pero también muy rico.
Galletas de jengibre (Fiona’s Ginger-Nut Biscuits from Drums of Autumn)
Prep: 15-20 min Horno: 10-12 min 12 unidades Dificultad: Baja
Ingredientes:
1/2 taza de mantequilla a temperatura ambiente (110 gr)
2/3 taza de azúcar moreno (120 gr)
1 huevo
2 cucharadas de miel (1/8 taza)(30 ml)
1+1/2 taza de harina (180 gr)
2 cucharaditas de jengibre en polvo
1 cucharaditas de bicarbonato de sodio
1/2 cucharadita de canela
1/2 cucharadita de sal Kosher* (grano intermedio entre la sal fina y la gruesa) o sal común
1/4 taza de azúcar blanca (55-60 gr)(Para envolver las galletas)*La sal Kosher (puro en hebreo) es un tipo de sal grueso que destaca por no tener aditivos. La sal común de mesa suele tener antiapelmazantes, así como la sal marina gruesa común suele estar fluorada y yodada (en mayor o menos medida). Eso no significa que las de un tipo sea mejor que otro…
Si no tenéis sal Kosher podéis utilizar sal común de grano medio. (Yo utilicé sal gruesa pero la machaqué un poquito para hacerla un poquito más fina, pero no tanto como la sal de mesa).
Elaboración:
Precalentar el horno a 180ºC y forrar una bandeja de horno con papel vegetal para hornear.
En un bol grande, con ayuda de una cuchara o espátula de madera, mezclar la mantequilla con el azúcar moreno. Luego añadir la miel y el huevo y remover bien hasta integrar completamente todos los ingredientes.
Aparte, mezclar todos los ingredientes secos (harina, bicarbonato, jengibre, canela y sal). Añadir en un par de veces al bol grande. Remover hasta obtener una masa suave y homogénea. No sobrebatir.
Formar bolas de unos 3-4 cm de diámetro (como bolas de golf o de pin-pon). Envolver las pelotitas de masa en azúcar blanco granulado. Colocarlas sobre la bandeja de horno, separadas unas de otras 4-5 cm porque luego crecen mucho en el horno. (No aplastar las bolas, con el calor ya cogerán la forma ellas solas)
Las de arriba de la imagen se pegaron un poco unas a otras...
así que ya sabéis, estas galletas quieren espacio para crecer...
Hornear durante 10-12 minutos a 180ºC con calor abajo-arriba y en una posición media-baja del horno. Dejar sobre la bandeja de horno 5 minutos y luego dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Notas:
Para formar las bolas yo me embadurné con un poco de aceite las manos, pues la masa me resultó un poco pegajosa. Sin embargo, también probé a formar algunas bolas con dos cucharas y también quedan bien. En cualquier caso no os tenéis que preocupar demasiado porque queden bolas perfectas, pues con el calor del horno se derriten y acaban formando unas tortas redondas casi perfectas.
Según el enlace original de la receta, estas galletas se congelan muy bien. Sin embargo, yo preparé por la mañana una docena de estas galletas y antes de enfriarse del todo ya habían desaparecido tres… No creo que necesitéis congelarlas ;)