Después de unos días de descanso en el Norte de la Península, cuidando, perdiendo y reviviendo personas, momentos maravillosos y lugares increíbles que viví hace más de 11 años y reviviendo situaciones similares en momentos cercanos, pues ocurre lo de siempre. Todo se acaba y nos encontramos con la vida rutinaria y habitual, así que vamos a intentar romper esta monotonía con un plato sencillo, clásico y delicioso.
Hay muchas versiones de Conejo al Ajillo, pero esta me gusta bastante, ya que es sencilla, rápida y la verdad el punto del horno y las especias montunas es fantástico.
Para cuatro comensales con hambre, necesitamos:
Un conejo, partido en trozos no muy grandes, como 1.5 kg de bicho
Una cabeza y media de ajos, enteros y machacados con la encimera.
2 hojas de laurel
Sal y pimienta negra recién molida
6 ó 7 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Una copa de vino blanco, en mi caso manzanilla de Sanlúcar y otra de Brandy de Jerez, o de Coñac.
1 copa de agua
Una cucharadita de romero y otra de tomillo, picaditos los dos.
Venga, vamos al lío. En un perol, colocamos los ajos con el laurel, el aceite de oliva y ponemos a dorar a fuego suave. Cuando empiecen a dar olor añadimos el conejo, previamente salpimentado y dejamos dorar unos 10 minutos.
Removemos, volteamos el conejo y dejamos unos 10 minutos más. Añadimos las especias el vino y el licor y metemos en el horno, previamente calentado por arriba y abajo y con ventilador a 180ºC. unos 10 minutos. Removemos el conejo y le añadimos la copa de agua y dejamos otros 10 minutos más.
No hay más historia. El horno lo reblandece y le da un color maravilloso y las especias le dan un aroma increíble. Plato 10, os lo aseguro. Bienvenidos a la rutina de septiembre y lo que nos queda. Besos.