Se acabó la semana santa, ya podemos comer carne otra vez. Son unas costillas a fuego bajo, para que eliminen la grasa despacito y parte de ella pase a la carne a fin de que nos quede jugosa.
Para 4 personas necesitaríamos:
1.5 kg de costillas de ternera en tiras. Si son muy anchas las cortamos por la mitad
5 dientes de ajos machacados
2 hojas de laurel
1 copa de Manzanilla de Sanlúcar
1 copa de agua
Un chorrito de limón
1 cucharadita de pimentón dulce y una pizca de picante
Pimienta negra recién molida
3 ó 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Tomillo, al gusto
1/2 cucharadita de comino
Un poco de orégano
Sal y pimienta recién molida
Muy fácil. Salpimentamos las costillas y las adobamos con las hierbas y especias, exceptuando el laurel. Le vertemos un hilillo de aceite de oliva virgen extra. Las frotamos y dejamos reposar
En la tartera donde vayamos a hacer las costillas, las marcamos con el aceite de oliva. Solo marcarlas, para que no pierdan los jugos. Retiramos y añadimos el alcohol. Un minuto y el agua con los ajos, y laurel. Colocamos una rejilla sobre los jugos y encima de la rejilla las costillas.
Metemos en el horno precalentado a unos 150ºC y damos la vuelta, regándolas con la salsa, cada 20 minutos. Al cabo de unos 80-90 minutos, la carne estará tierna y jugosa. La grasa se habrá diluido en la carne y en el la salsa.
Dejamos reposar fuera del horno unos 10 minutos y servimos y a ser felices que de esto se trata. Así que, la magia entró en casa nuevamente. Besos a todas y a todos, una sonrisa y como digo habitualmente, a luchar por ser felices. Hasta pronto