Es tan entrañable, familiar, crujiente, socorrida… alguien me contó un chiste que decía algo así: Estás en tu casa y aparece un extraterrestre. ¿Qué haces? Croquetas, que le gustan a todo el mundo. Pues es cierto, la croqueta gusta a todo el mundo o casi. Pero no, no son sencillas de hacer. Son muy laboriosas y requieren tiempo. Son una obra de arte.
Las croquetas deben quedar doraditas y crujientes por fuera y cremositas por dentro. Las podemos preparar utilizando las sobras del pollo en pepitoria.
Ingredientes:
250 gr. de pollo (sobras de pollo en pepitoria)
75 gr. de harina
400 ml. de leche entera
20 ml. de aceite de oliva virgen
2 cucharadas de mantequilla
1 pizca de nuez moscada
Sal y pimienta negra, al gusto
1 cebolla tierna
100 gr. de pan rallado, 3 huevos.
Aceite de oliva para freír las croquetas
Cantidades para unas 15-20 croquetas según el tamaño.
Preparación:
Preparad una bechamel y dejadla enfriar.
Para el relleno podéis utilizar las sobras del pollo en pepitoria o o restos de pollo de cualquier otro guiso o de un puchero, por ejemplo. Cortad la carne de pollo muy menudita.
Trocead la cebolla en brunoise fina, y sofreidla 5 minutos (a fuego medio) en una sartén, con un poco de aceite de oliva virgen. Añadid el pollo y lo mezcláis con la cebolla. Salpimentáis al gusto. Cocináis un par de minutos todo junto y lo retiráis.
Añadid el pollo y la cebolla a la bechamel y mezcladlo bien. Debe quedar una mezcla homogénea y sin grumos.
Engrasad una fuente con mantequilla y espolvoread la base con harina. Poned encima la masa de las croquetas, extendedla y tapadla con un trapo húmedo o con un film transparente para que no se reseque la superficie. Hay que dejar reposar la masa en el frigorífico unas cuantas horas. Mi consejo es que lo preparéis el día antes que vayáis a freír las croquetas.
Ya tenéis la masa fría y ahora toca moldear las croquetas. Podéis ayudaros de dos cucharas para dar forma a las croquetas, después las pasáis por huevo batido con ayuda de un tenedor para voltear y cubrir bien por todos sus lados. Por último las escurrís y las empanáis.
Ya tenéis las croquetas rebozadas y se dejan de nuevo en la nevera al menos una hora.
Las freís en aceite de oliva muy caliente hasta que estén doradas por todos lados. Reservad sobre un papel absorbente, y así quitáis el sobrante de aceite.
¡Disfrutadlas!!