Pero antes, hablaremos un poco sobre ellas. ¿Sabéis cual es su origen? Si miramos por internet, su origen no está muy claro ya que podemos encontrarnos con los que piensan que se trata de un alimento originario de España mientras que hay muchos que afirma que su origen es francés.
Si consideramos que, originariamente, las croquetas se hacían a base de patata y no de bechamel como en la actualidad, puede que su origen sí sea español, ya que fueron los españoles los que trajeron este tubérculo de América. Aunque, si buscamos el origen de la bechamel, también es dudoso, ya que se lo disputan entre Francia e Italia. ¿Qué pensáis?
Lo que sí está claro es que este alimento surge para aprovechar sobras o restos de otras comidas como el cocido, el pollo asado... Por lo que es uno de los platos de la cocina de aprovechamiento más famoso, barato, delicioso y fácil de preparar. ¿A quién no le gustan las croquetas?
Se sirven como tapa, entrante, aperitivo, plato principal o como acompañamiento. También son populares en Sicilia y en los Países Bajos.
¿Nos ponemos manos a la obra? Pues para ello vamos a necesitar los siguientes ingredientes:
Para el pollo:
50 g de cebolla1 pechuga de pollo
aceite de oliva virgen extra
sal
pimienta
Para la bechamel:
100 g de harina
100 g de mantequilla
750 g de leche
250 g de caldo de pollo
nuez moscada
sal
pimienta
Para el rebozado:
harina
2 huevos
pan rallado
Para freír:
aceite de girasol
Podemos utilizar harina sin gluten para que los celiacos disfrutar también de este plato.
Si utilizamos mantequilla y leche sin lactosa, este plato será también apto para aquellos que no digieran bien la lactosa.
Hay personas que tiene alergia al huevo por lo que podemos sustituirlos por huevina.
Preparación:
Lo primero que vamos a hacer es preparar el pollo, para ello, pelamos y cortamos la cebolla en brunoise y reservamos.
A continuación lavamos y cortamos la pechuga de pollo en trocitos muy pequeñitos y reservamos.
Echamos un chorreoncito de aceite de oliva virgen extra en una sartén y la ponemos al fuego. Cuando el aceite esté caliente, añadimos la cebolla y la pochamos. A continuación, agregamos el pollo y lo dejamos cocinar hasta que se dore. Apartamos del fuego y reservamos.
Ahora, nos ponemos con la bechamel. Y lo primero es tamizar la harina. Mezclamos la leche con el caldo y calentamos hasta que esté templado, esto hará que no salgan grumos a la hora de hacer la bechamel. Reservamos.
Ponemos un cazo a fuego lento y añadimos la mantequilla. Cuando esté derretida añadimos la harina y removemos bien con una varilla hasta que se forme un roux que doramos un poco. A continuación, vamos a ir añadiendo la mezcla de leche y caldo, poco a poco, sin dejar de batir, hasta que quede todo bien mezclado. Dejamos espesar sin dejar de remover con la varilla.
Cuando la bechamel tenga la consistencia que deseamos, la apartamos del fuego y añadimos el preparado de pollo, la nuez moscada, la sal y la pimienta. Mezclamos bien para integrar los ingredientes y vertemos nuestra masa en un bol. Si utilizamos un recipiente rectangular nos será más fácil dividir las masa en porciones iguales. Tapamos con papel film hasta que toque la masa y la metemos en la nevera hasta que se enfríe.
Preparamos una sartén o parisien con abundante aceite de girasol. Ponemos papel de cocina en un plato grande o bandeja. También preparamos un plato con harina, otro con unos huevos batidos y otro con pan rallado.
Una vez la masa está fría, las dividimos en porciones iguales y vamos a ir cogiendo las porciones y dándoles forma.
Pasamos las porciones por la harina, luego por el huevo y, por último, por el pan rallado.
Ahora las freímos y una vez estén doradas las colocamos sobre el papel para que absorba el exceso de aceite y queden perfectas.
Presentación:
Servimos las croquetas en un plato alargado y las colocamos en línea. Se puede decorar con una ramita de perejil y acompañar de un tarrito con mayonesa.
¿Cómo las sueles preparar? ¿Cuáles te gustan más? A mí estas de pollo me encantan.
Bon appétit!