lamento mucho mi ausencia pero estaba bien justificada. El día 8 de abril tuve a mi segunda hija, junto con la primera, mis dos mejores recetas. Desde ese día he estado dedicando mi tiempo a mis dos princesas y he dejado de lado un poco el tema del blog, incluso en ocasiones, la cocina.
Pero bueno, me reincorporo con una receta clásica de aprovechamiento que hacía mi abuela, me enseñó mi madre y ahora hago yo a mi hija mayor y después a la pequeña. Espero que ellas también la aprendan y se la enseñen a sus hijas o hijos.
Aclarar, que el "puchero" es como en mi pueblo llamamos lo que en otras zonas llaman cocido. Es un caldo con diferentes tipos de carne (en mi casa, principalmente pollo), verduras y garbanzos. Entre las verduras destaco que en mi casa no se usa el repollo, pero sí el nabo y la chirivía, muy típicas de esta zona.
La elaboración del puchero que se hace en mi casa es muy simple: se ponen las distintas carnes (la pechuga de pollo no puede faltar), las verduras y los garbanzos cubiertos de agua, se añade sal y se deja cocer hasta que todo esté tierno. Después, con el caldo se pueden hacer fideos o arroz y la carne y la verdura se sirven en un plato a parte.
Pues bien, si sobra algo de carne y verdura (yo evito los garbanzos para las croquetas) se pica todo bien picado y se hacen las croquetas.
Vamos allá!
Ingredientes:
1/2 kg de carne y verdura de puchero picados
1/4 cebolla rallada
2 cdas de aceite de oliva
2 cdas de harina
1/2 l. leche aproximadamente
1 pizca de Sal
1 pizca de Pimienta
1 pizca de Nuez moscada
1 pizca de canela
1 yema de huevo
Para el rebozado:
Huevo
Pan rallado
Preparación:
En primer lugar, rehogamos la cebolla rallada con el aceite en una sartén. Cuando ya esté dorada, añadimos la harina y la rehogamos también un minutito o dos para que pierda el sabor a crudo. Vamos añadiendo la leche y removiendo sin parar hasta que se haga la bechamel.
Necesitamos una bechamel espesa, por lo que la cantidad de leche puede variar en función del nivel de absorción de la harina.
Una vez la bechamel hecha, añadimos la carne y la verdura picadas, la yema de huevo e incorporamos todo hasta crear una mezcla homogénea.
Llega la hora de probar primero y sazonar con las distintas especias al gusto. Una vez la mezcla esté a nuestro gusto, tapamos con un film a piel (que toque la masa de croquetas) para que no se forme una capa reseca encima y dejamos enfriar. Una vez a temperatura ambiente podemos guardar la masa en la nevera hasta que la vayamos a usar.
Ahora toca formar las croquetas con las manos y empanarlas primero con huevo y después con el pan rallado.
Sólo nos queda freírlas en abundante aceite caliente, pasarlas a un papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y comer.
Un clásico que nunca falla!!
Buen provecho!